Son ya más de una decena de ediciones de FITUR las que llevan mis piernas a cuestas. En FITUR hay que tener buenas piernas porque se anda muchísimo. Pero en la feria turística española más importante (está entre las tres principales de Europa) sobretodo hay que tener buen oído y la atención puesta en gestos y movimientos de los actores del ballet que representa FITUR.
Esa una coreografía casi perfecta, con cambios de un año a otro en función de si el ciclo económico es positivo o negativo, de si hay elecciones cerca o lejos.
De las más de 10 ediciones de FITUR que he cubierto informativamente, en esta la coreografía ha sido lo más parecido al vals de La Traviata. Políticos muy metidos en el discurso de la recuperación, corrillos de hoteleros esbozando sonrisas que regalaban a todo el mundo, agentes de viajes certificando un interés renovado por nuestras islas… un todo que nos dice que, efectivamente, este año se volverán a batir récords de ocupación y de negocio.
El sector turístico balear ha dado el “fiturazo” este 2015. Será una temporada algo más larga que la del año pasado y que trae los condicionantes favorables para un gran éxito. No hay ni Mundial ni Eurocopa ni Olimpiadas. O lo que es lo mismo, no hay excusa en Europa para venir a darse un baño en nuestras aguas.
Será un año de gran negocio, en plena recuperación. Solo pido que se note. Que las buenas cajas que se van a hacer en las cuentas de los establecimientos tengan un buen reflejo a su alrededor. Y el alrededor somos nosotros.