Fronteras virtuales

Los mallorquines de cierta edad siempre tuvimos la percepción de que el mar era nuestra frontera natural, no solo con la Península o con otros países cercanos, sino con el resto del planeta, y así fue durante siglos.

La pregunta del paisano de comienzos del siglo XX -“Què és més gran, Mallorca o fora-Mallorca?”- nos parece hoy descabellada, y la candidez e ignorancia que encerraba se juzga como algo muy superado, salvo que uno sea profesor de Geografía de la ESO y conozca de primera mano la instrucción media de nuestros jóvenes en la materia, claro. El mar era inmenso y nos mantenía más o menos a salvo de invasiones.

En los últimos decenios aquella frontera natural ha ido diluyéndose, primero por mor del crecimiento del tráfico aeroportuario y, últimamente, también por la incesante llegada de embarcaciones, provenientes mayormente de Argelia, cargadas de inmigrantes irregulares en números que ya se cuentan por miles. Hoy, la antigua frontera se ha convertido, de facto, en una autopista para las mafias que trafican con seres humanos en situación de desesperación.

Porque, no solo es que sea sencillo atravesar las escasas 170 millas náuticas que nos separan de Argel -apenas 314 kms-, es que España ha dejado de vigilar sus fronteras marítimas, auténtico y consentido coladero de la Unión Europea. Tristemente, en lugar de dedicarse a disuadir y garantizar el respeto a nuestra soberania marítima, la Armada ha acabado velando por la seguridad de flotillas de perroflautas antisemitas. Si Blas de Lezo levantara la cabeza...

El Delegado de este Gobierno de corrupción para rato (en palabras de su ínclita vicepresidenta segunda) en Balears, Alfonso Rodríguez, nos contó hace unas semanas la milonga de que Frontex ya estaba actuando para corregir la situación. Hasta llegó a aparecer en la prensa la imagen de un avión destacado en Málaga que, supuestamente, estaba dedicado a la vigilancia de nuestras costas. La realidad es que resultaba muy extraño que, para controlar las aguas de nuestro archipiélago, el avión tuviera que operar desde Málaga, es decir, desde una base a más de 600 kilómetros de Mallorca, el doble de distancia quela que hemos visto que separa la Isla de Argel.

Y el embuste, claro, se destapó pronto, cuando desde Frontex se aclaró que nadie del Gobierno español había solicitado nada con relación a la frontera marítima de Balears, y que el avión malacitano a lo sumo rozaba la zona al Surde las Pitiusas cuando patrullaba.

Comoquiera que ya estamos habituados a que desde este Gobierno nos traten de imbéciles sin remedio y nos cuenten trolas de todo género -tienen buen maestro-, la presidenta Marga Prohens montó en cólera al conocer la realidad y solicitó la destitución de Rodríguez, a sabiendas de que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que que un socialista dimita de un cargo, aunque lo pillen mintiendo, robando, malversando o yendo de putas con dinero público.

Y el último episodio de este sainete es la intervención de una persona que, hasta la fecha, gozaba de un cierto prestigio entre los socialistas, precisamente por no ser -al menos en teoría- de la pesebrera cuerda sanchista, la exalcaldesa de Palma, Aina Calvo, actual Secretaria de Estado de Seguridad y número 2 del inefable Fernando Grande-Marlaska, ministro-hooligan del aparato sanchista donde los haya.

Pues bien, Calvo teorizó que, con la reciente intervención de su jefe en Argelia ,se iban a arreglar todos nuestros problemas de permeabilidad fronteriza y que lo de Frontex mejor es dejarlo para otra ocasión, y que actúe en los países de origen, que es tanto como reconocer que no se va a hacer nada de nada.

Esta misma semana Prohens reclamaba que Argelia repatriara -la prensa afecta al régimen sanchista dice ‘deportara’- a más de 300 menores de esa nación que, no se sabe muy bien por qué, hemos de mantener los españoles. La respuesta del Gobierno ha sido, claro, el silencio.

Eso sí, para maquillar su total falta de voluntad política de poner coto a este drama y a los problemas sociales que acarrea -pues los inmigrantes acabaran votando en futuras elecciones y eso pesa en la mente de Sánchez-, Calvo nos ha traído de gira propagandística el buque patrullero de la Guardia Civil ‘Duque de Ahumada’, como si lo importante fueran los medios y no las políticas. Ya podríamos tener el portaaviones ‘Gerald R. Ford’ que, en manos de este Gobierno, las pateras pasarían a su vera sin ser siquiera importunadas.

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