Hasta hace poco no sabía ni que existían. Lo confieso. Desde que soy madre, y de eso hace ya cuatro años, soy más de las canciones de Dora la Exploradora y ‘Sol solet’ que de música pop actual.
Superado el trance de aceptar que una se hace mayor y que los gustos musicales, cuando tienes hijos, te cambian a la fuerza, llega el momento de flipar. Sí, flipar porque lo que he visto no tiene nombre. Bueno, sí lo tiene: locura o ‘gemeliersadictas’.
Una adicción que se traduce en un grupo de fans quinceañearas histéricas que, muchas horas antes de que estos dos pipiolos ovetenses actúen, ya han acampado a las puertas del recinto que les verá, este sábado a las 20.30, entonar canciones de moda, su moda.
Ustedes me dirán que soy una exagerada. Que el fanatismo musical siempre ha existido y que esto no es nada. Tienen razón, pero si a lo de acampar le añadimos que lo están haciendo con más de 24 horas de antelación, a 40 grados a la sombra (literalmente), en el Polígono Son Castelló (que aquello por la noche debe dar miedito del malo) y que los Gemeliers no son los Beatles precisamente… pues que quieren que les diga… a mi me parece una locura lo mire por donde lo mire. Y más locura aún que los padres las dejen acampar.
Sólo espero que a mi hija le dure mucho tiempo lo de ser fan de Peppa Pig que, como mucho, lo peor que me puede pasar es hacer cola en Imaginarium durante una horita o dos.





