mallorcadiario.com

Hacer menos cosas

El otro día asistí a una demostración de lo que puede hacer una herramienta de inteligencia artificial trabajando como asistente virtual. Lo puedes enviar a una reunión y nada más acabar te prepara un resumen de lo tratado. Le metes un powerpoint con doscientas diapositivas y en escasos segundos te devuelve un texto de tres páginas que recoge lo esencial. Y así todo. No hay ser humano capaz de trabajar a esa velocidad.

Se debate mucho sobre el dilema moral que supone un futuro de máquinas capaces de pensar más y mejor que los humanos, con la consiguiente amenaza en el largo plazo de ser dominados por ellas. También se habla del preocupante impacto de la IA a medio plazo en el mercado laboral, porque la creación de nuevos puestos de trabajo asociados a la misma no afecta a los que lo acaban de perder. Pero la cuestión más urgente a resolver hoy es si esas tecnologías no están acelerando nuestras vidas hasta extremos nocivos.

Resulta paradójico comprobar cómo inventos que parecían llegar para facilitar nuestras vidas, como internet o los teléfonos inteligentes, lejos de proporcionarnos más tiempo libre o reducir el cansancio nos llevan a lo contrario. Las estadísticas actuales sobre cuadros de estrés, ansiedad o depresión, especialmente en la población más joven, son alarmantes porque empeoran a un ritmo similar al de la IA procesando datos.

Instrumentos creados para ganar tiempo generan una percepción de pérdida del mismo, o dicho de otro modo, nos llevan a sentir que cada vez tenemos menos tiempo. Es esa carrera alocada de los días en los que vamos con el gancho, llegamos tarde a todas partes y acabamos agotados con la sensación frustrante de no haber cumplido… ¿con quién?

Las redes sociales potencian la presión colectiva por ser alguien sin saber muy bien quién. Ya está todo escrito sobre los ninis, los influencers de medio pelo y el postureo fotográfico en Instagram, Facebook o TikTok. Pero lo último que esperaba encontrar es a jóvenes que se han partido la espalda estudiando carreras y postgrados brillantes presionándose a sí mismos de manera insana por culpa de LinkedIn, confrontando sus trayectorias profesionales casi nonatas con las de otros jóvenes más precoces, midiendo por meses el “éxito” de su vida. Personas de menos de 25 años descubriendo que van tarde, que no les queda tiempo, incapaces de apartarse de la manada para trazar su propia trayectoria.

La velocidad mata, y mucho más cuando se introduce un elemento tan tóxico como el de la comparación. No es posible, ni saludable, competir todo el rato. Se van a cumplir veinte años de la publicación del Elogio de la Lentitud, el libro de Carl Honoré que dio a conocer mundialmente una corriente cultural que promueve ralentizar el ritmo de vida de las personas. Por lo que estamos viendo, el hecho de haber vendido más de medio millón de ejemplares no significa que su teoría se haya expandido lo suficiente.

Es gracioso que a dar un paseo, leer un libro o tocar un instrumento musical se les llame “momentos de desconexión”. ¿No será al revés? ¿No serán esos los instantes en los que conectamos con nuestro yo auténtico? El trabajo forma parte de una vida razonablemente feliz, pero debe estar en equilibrio con el resto de elementos. Afortunadamente una parte de las nuevas generaciones parece tenerlo claro.

Una formación cada día más especializada es contradictoria con el mito multitarea. Es un error pensar que se pueden hacer varias cosas bien al mismo tiempo. Y si se hacen, con frecuencia el precio a pagar es demasiado alto porque el tiempo es nuestro bien más valioso. Hacer menos cosas no es perder el tiempo, sino ganarlo.

Hace una semana una persona que ocupa un puesto de gran responsabilidad me canceló un almuerzo porque sólo íbamos a disponer de un rato para hablar. Me citó tres días después y me dedicó casi cuatro horas. Como es obvio no hablamos sólo de trabajo. Hablamos de nosotros y de nuestros hijos, del pasado, del presente y del futuro. Hace veinte años uno era importante porque no tenía tiempo para nada. Hoy, una conversación tan extensa y generosa me pareció por su parte la mejor demostración de poder, sobre el cargo que ostenta y sobre su vida.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias