Este es un País moderno, basta hacer un somero repaso: nuestros representantes políticos están al día siempre en lo que concierne a nuevas tecnologías; no se pierde el tiempo durante la legislatura y la normativa avanza a gran velocidad adaptándose a los nuevos tiempos y sus necesidades; todavía LE queda presupuesto a alguien para editar millares de guías de “páginas amarillas” en papel y para repartirlas entre los millones de ciudadanos que sin abrirlas, las tiran directamente al cubo de la basura (porque nos lo podemos permitir también); para vacunarse con el fin de viajar a un País extranjero, uno puede llegar a depender del trabajo que ejecuten hasta tres administraciones (incomunicadas, por supuesto entre sí) y acabar finalmente mendigando de dónde sea y pagando, una vacuna que no está en ninguna parte pero que aparece en todos los libritos y páginas web de las Administraciones responsables.
La Administración Pública parece que a veces nos toma por tontos a todos. Parece que por el simple hecho de incluir recomendaciones múltiples relacionadas con las competencias que ejerce ya cumple con sus obligaciones con la ciudadania y con la correcta gestión de sus recursos. Craso error: la primera obligación de cualquier administración es hacer posible lo que exige o recomienda a sus administrados. Y que quieren que les diga, yo creo que el dinero de la tasa turística se invierte muy mal, porque al margen de la compra de grandes fincas para preservarlas (eso espero y deseo), se invierte en proyectos que vistos desde fuera no tienen explicación alguna. Pongo por ejemplo la reforma con 2 millones de euros del Torrent del Jueus en la Playa de Palma. ¿Dos millones de euros en un torrente que tarde o temprano se va a volver a inundar?¿para convertirlo en un paseo con vegetación autóctona? ¿vegetación autóctona de las Islas o vegetación autóctona de un torrente con agua o sin ella?. Lo pongo como simple ejemplo de inversiones que me parecen absurdas a nivel general (con todo el respeto a la minoría que lo promueve). Con esos dos millones de euros cualquier empresa privada haría maravillas con la actualización de sus bases de datos y sistemas operativos y no digo ya lo que haría cualquier Ajuntament de cualquier pequeño Municipio de las Islas.
Pero nosotros vamos a plantar vegetación autóctona en el Torrent dels Jueus y mientras para conseguir vacunarte puede que incluso tengas que ir primero, a Sanidad para que te expliquen las vacunas que te aconsejan que te pongas pero que ellos no te van a poner porque para eso te remiten a los servicios de la CCAA; segundo, ir al Ajuntament para obtener un certificado de empadronamiento (que no te pueden facilitar por internet porque ese es especial) para que te den de alta en el PAC si no estás dado de alta; tercero, ir al PAC, que está a cien metros del Ajuntament, certificado en mano, para que te den de alta; cuarto, llevar una foto carnet para solicitar la tarjeta sanitaria si no la tienes, porque por supuesto no hay conexión con otras Administraciones que si tienen tu foto hasta en la sopa; quinto, solicitar hora para hablar con el médico (porque es evidente que no vas a tener la suerte de poder verle ese mismo día); sexto volver al PAC para hablar con el médico del tema vacunas y concertar día para el pinchacito; séptimo, ir a la farmacia a comprar las vacunas que nadie tiene (ni Sanidad del Gobierno Central ni los PACS de la CCAA); octavo, esperar a que la farmacia consiga las vacunas porque al parecer son difíciles de obtener. Eso si, cuando por fin las consigues, no sabes si meterlas en la nevera hasta el día del pinchazo, como recomiendan en Sanidad, o si meterlas en una urna de cristal y dejarlas encima de la chimenea con los trofeos de natación de cuando eras pequeño, porque esto creanme, tiene mérito.





