Opinión

¿Héroe o villano?

Dentro de nosotros se encuentra el potencial tanto del héroe y como del villano.

La ética es una brújula que nos permite saber que camino tomamos, y el camino determina nuestro destino y convertirnos finalmente en un guerrero del bien o en un guerreo del mal. Algo que no se logra de la noche a la mañana. El héroe debe primero superar sus ambiciones, su egoísmo y su orgullo personal. Debe adquirir conciencia sobre el dolor y la necesidad ajena y saber desarrollar su potencialidad interior con fines honorables. Si por el contrario los desarrolla con fines egoístas, la ambición le lleva a caer en la categoría del villano.

Ser un villano es estar pensando siempre en nuestras propias ambiciones sin importar las consecuencias que puedan tener en la gente que nos rodea, cerrando nuestros ojos al sufrimiento ajeno, aunque vivamos del sufrimiento ajeno. En cambio ser un héroe es trabajar prestando atención a las dificultades, al dolor y a las necesidades de los que nos rodean, y actuar en consecuencia para aliviar esas dificultades y traer bienestar y paz.

Hoy en día hay un personaje, Óscar Camps el dueño del Open Arms, que desde el año 2016 que empezó su andadura pública, es ambas cosas a la vez, un villano y un héroe, según con quién hables.

Es 7 de abril de 2016 por la noche y en el Teatre Nacional de Catalunya Óscar Camps se acaba de convertir en “Catalán del año”, recibiendo la estatuilla de manos del expresident de la Generalitat de Catalunya y actual fugitivo de la justicia española Carles Puigdemont. A Óscar Camps lo nombran catalán del año en reconocimiento a su labor humanitaria: salvando inmigrantes a la deriva por el Mediterráneo.

Pero el icono humanitario tiene un lado oscuro, muy oscuro.

Poco tiempo después, los trabajadores de su empresa de socorrismo se declararon en huelga indefinida para denunciar los constantes incumplimientos de las condiciones laborales. La lista de quejas fue larga: Jornadas maratonianas de trabajo, descensos paulatinos de salario para poder ofertar más barato que las otras empresas y adjudicarse así los concursos para gestionar el socorrismo de muchas playas españolas, instrumental obsoleto o inexistente, horas extras que excedían por mucho las fijadas en el convenio y represalias contra los trabajadores que pretendían organizarse sindicalmente. Voraz o explotador son los calificativos que le dedican sindicatos y personas que han trabajado para él.

Todo lo que le llevaría a juicio y que perdería. Que se ve en el ojo del huracán porque, en su vida pública, salva a náufragos que intentan alcanzar las costas europeas, mientras en su faceta de empresario oprime a sus trabajadores en esas mismas costas.

O sea, en principio, un verdadero villano, pero he aquí que de nuevo asistimos a una conversión casi milagrosa.

A imagen y semejanza de San Pablo de Tarso, el personaje más polémico y documentado del Nuevo Testamento, que fue tan conflictivo en vida como a través de la Historia, suscitando una intensa controversia hasta nuestros días. Aun hoy la controversia sigue entre los que creen que se cayó del caballo para convertirse de perseguidor de los cristianos a su mayor apóstol entre los gentiles y entre los que defienden que se volvió loco como Joseph Ernest Renan, conocido simplemente como Ernest Renan, escritor, filólogo, filósofo, arqueólogo e historiador francés que vivió entre los años 1823-1892.

Por lo tanto, ¿es un accidentado, un loco, un héroe o en el fondo un villano con piel de cordero?

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