IB3 y otras teles mal paridas

Las radios y televisiones autonómicas de este país están mal paridas. Y además casi siempre han estado mal gestionadas. Solo así se entiende que los entes autonómicos durante años hayan sido pozos sin fondo que han engullido su dinero y el mío para pagar retransmisiones deportivas, películas de Hollywood y cachés de estrellas y estrellitas. Un buen ejemplo de lo que nunca debería ser una radiotelevisión pública, era la valenciana Canal 9 y sus 1.200 millones de deuda con los que fue cerrada. Una gigantesca teta de la que mamaron sin control enchufados con carnet del partido de turno, productoras y hasta equipos de futbol.

Además de todo este despropósito, con la excusa de ser menos costosas para el ciudadano, estas radios y televisiones venden publicidad, beneficiándose de una doble financiación, y por tanto compitiendo de manera desleal con las empresas de comunicación.  Los entes públicos han entrado sin pudor ninguno en batallas comerciales poco comprensibles, haciendo caer los precios de la publicidad y afectando, de manera directa, a las empresas privadas. ¿Y para qué?  En la práctica para bien poco porque en el caso, por ejemplo, de la autonómica balear Ib3, las ventas de publicidad cubren un porcentaje paupérrimo del presupuesto total.

Ante este escenario, es comprensible que empresarios como Sinto Farrús, propietario de la televisión privada Canal 4 y principal afectado por la competencia comercial de Ib3, use todos los medios a su alcance para intentar revertir la situación, incluido el acudir a los tribunales. Es difícil permanecer impasible cuando la venta de publicidad en IB se ha hecho en ocasiones, como he podido comproba, a unos precios exageradamente bajos e inasumibles para una empresa privada, lo cual podría considerarse una forma de dumping.

Sin embargo, y dicho lo anterior, creo profundamente injusto que la demanda de Farrús acabe por hacer responsables al ex director general del ente balear, José Manuel Ruiz y a su equipo de gestión de un delito de malversación de caudales públicos.  Es mérito de Ruiz y de su equipo el haber controlado el gasto de Ib3 ajustándolo a los nuevos tiempos, haber reconducido la programación y los contenidos para ajustarlos a lo que debe ser una televisión pública, y haberlo hecho además con buena respuesta de la audiencia y con el aplauso del sector audiovisual balear.  Ruiz y los suyos consiguieron la cuadratura del círculo en Ib3 y les aplaudo por ello.  Es mi opinión, y de esto de gestionar medios de comunicación algo se. Llevo 20 años haciéndolo.

¿Y entonces, si Ruiz y su equipo lo hicieron bien, por qué permitieron determinadas prácticas presuntamente abusivas en la comercialización? Por que fue un tema que se encontraron hecho, eran y son prácticas generalizadas en las televisiones autonómicas de este país, y dado el escaso peso de la partida de ingresos por publicidad en las cuentas a sanear, lo consideraron un tema menor. Ese fue su error. Me consta incluso que se puso sobre la mesa el que Ib3 dejara de comercializar publicidad, lo cual hubiese sido una acertadísima decisión, pero claro… ¿cómo defender tal opción en un momento en el que la cuadratura de las cuentas de la comunidad era la primera prioridad del Govern?  No era planteable.

Ruiz declarará en breve ante el juez y, si quieren un pronóstico, creo que le será levantada la imputación tras hacerlo.  Sería justo. Ruiz no puede ser considerado el responsable de las malas prácticas de unas televisiones autonómicas que están mal paridas desde su concepción.

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