La autopsia practicada al cuerpo de la niña de dos años fallecida este lunes en Marratxí no revela indicios de violencia, según ha confirmado este miércoles la Guardia Civil, que mantiene la investigación abierta a la espera de los resultados de las pruebas toxicológicas, que podrían demorarse varias semanas.
Los hechos ocurrieron en la tarde del lunes, cuando los padres de la niña de dos años, vecinos del Pont d’Inca (Marratxí), la trasladaron inicialmente a un centro de salud de la localidad. Desde allí, acudieron al Hospital Universitario Son Espases, donde los sanitarios certificaron que la niña ya había llegado sin vida. De inmediato se activó el protocolo habitual en estos casos y se dio aviso al juzgado de guardia.
En un primer momento, agentes de la Policía Nacional se hicieron cargo de las diligencias iniciales, entrevistándose con el médico que recibió a la menor. Posteriormente, la investigación pasó a manos de la Policía Judicial de la Guardia Civil, al tratarse de un suceso ocurrido dentro de su demarcación territorial.
LA NIÑA DE 2 AÑOS LLEGÓ SIN VIDA A SON ESPASES
Durante las pesquisas, los investigadores tomaron declaración a los padres de la menor, ambos de unos 20 años, quienes, según fuentes del caso, habrían recuperado recientemente la patria potestad de la niña tras un periodo sin tenerla.
En el marco de la investigación, también intervino el laboratorio de Criminalística del Instituto Armado, encargado de analizar posibles restos o evidencias que ayuden a esclarecer las causas de la muerte.
Aunque los primeros informes forenses descartan indicios de violencia, los investigadores no descartan ninguna hipótesis hasta disponer del informe toxicológico completo, clave para determinar si se trata o no de una muerte de etiología violenta.
