El show de Garrido y Costa ha terminado. Las dos históricas socialistas consiguieron que el novato Le Senne cayera en su trampa teatral, en una comedia que ha llegado a su epílogo. Tras una función bien orquestada en la que una salida de tono se ha llegado a calificar de violencia fascista (casi nada), el president del Parlament pidió primero disculpas y ahora el mandato parlamentario es que continúe en el cargo. Los socialistas lo han intentado por todos los medios (no sólo los de comunicación), sobredimensionando el episodio magistralmente. Ni que hubiera dado contratos millonarios a sus compañeros de partido o se hubiera ido de copas en pleno confinamiento, oiga!
A pesar de haber unido un poco más a la descarriada parroquia socialista decapitada sin poder ni liderazgo interno, las dos diputadas se han quedado sin artillería. Más allá de pedir explicaciones al PP por un hecho protagonizado por un diputado de VOX, en el PSIB están de luto porque han agotado el argumentario con el que hacer frente al tándem Prohens-Costa-Sagreras. Su acción de gobierno pasó a un segundo plano durante unas semanas, pero tras el último pleno, esta polémica ha pasado a mejor vida. Lo han intentado todo: medios afines, querellas sin trascendencia jurídica, victimismo… Su pólvora está mojada y el PP (su verdadero objetivo a batir) sale sin mácula de este episodio.
Con una astuta discreción, los populares se pusieron desde un principio a cubierto y no cayeron en el lodazal en el que los socialistas pretendían convertir la sala de las Cariátides. Con su abstención, en el PP vuelven a ponerse de perfil, esquivan el disparo y rebajan la tensión parlamentaria. Del mismo modo, evitan que el PSIB sume un gol en el marcador y facilitan el entendimiento con la menguante formación que otrora lideró (por decir algo) Jorge Campos. Les necesitarán para aprobar proyectos importantes, a pesar de que los pactos estén rotos por orden de Madrid (aquí las cosas son bien distintas).
Prohens sale airosa, Le Senne sobrevive, Garrido seguirá berreando e la nave va… Mientras tanto, la inmigración irregular sigue llegando de forma masiva, la Delegación de Gobierno continúa ausente sin capacidad de gestionarla, al socialismo le salen escándalos de corrupción familiar como champiñones mientras colonizan las instituciones del Estado con militantes afines y los ciudadanos de Baleares observan atónitos como sus representantes pierden el tiempo en espectáculos parlamentarios en lugar de atender sus necesidades. El próximo martes volverá a ser el día de la marmota.
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