La culpa fácil

La lluvia cae hacia abajo, pero el agua viene de arriba.Tirar mierda sobre los futbolistas señalándoles como los culpables únicos de sus malos resultados es propio de ignorantes en la materia, de aficionados de café o personas que dudan de la profesionalidad de los demás pero no de la suya propia. Naturalmente hay de todo, como en cualquier otra actividad, pero salvo algún perrero común a todas las profesiones, no conozco a nadie que haga mal su trabajo a conciencia y si se trata de deportistas aún menos.

A falta de buenos analistas, que se pueden contar con los dedos de una mano, se ha puesto de moda atribuir las derrotas de un equipo de fútbol a la falta de compromiso de sus integrantes o, palabreja de moda, ausencia de intensidad. Nada más lejos de la realidad. En primer lugar porque cada jornada están en juego los jornales y las primas de todos ellos y, ya en términos comparativos, el contrario suele poner a contribución de su victoria el mismo esfuerzo.

Por supuesto que hay jugadores más rápidos y otros más lentos, mejor dotados técnicamente o torpes, hábiles y lerdos o, en definitiva, buenos y malos en el ejercicio de su actividad que, en el caso que nos ocupa, tampoco es una ciencia exacta. Pero en el rendimiento de una plantilla influyen otros condicionantes que pocas veces se consideran a la hora de valorar, incluso juzgar, sus actuaciones. Por ejemplo el mensaje que se les transmite, el sistema de juego, el dibujo, su confianza en lo que el entrenador les encomienda, su capacidad física y, agotado todo el rosario de circunstancias externas, aún nos queda preguntar a quién los fichó por qué lo hizo, tanto en base a las posibilidades económicas del contratante como en la idea y estilo de juego que desea desarrollar.

¿Alguien en su sano juicio es capaz de dudar de la entrega de Company, Raillo, Lago Jr., Brandon y la mayoría de sus compañeros?. Quien lo haga no los ha visto jugar o no se entera. Distinto sería plantear su nivel. Pero no vamos a eso porque tampoco hay tantas diferencias. Los clubs, como la mayoría de empresas, se estructuran jerárquicamente en forma piramidal y la carga de responsabilidad y, en consecuencia, de culpabilidad, comienza por la base, de acuerdo, pero hay que ir mirando hacia arriba hasta llegar a la cúspide. Claro, con cuidado, no sea que el criticado se enfade y no nos filtre el nombre del fichaje en ciernes. Y eso también es falta de intensidad en la búsqueda de la información.

Ah y si alguien se excusa en esos sueldos millonarios, que en segunda división tampoco son tantos, sepa que en el Mallorca hay quien cobra muy por encima de más de la mitad del vestuario e incluso por adelantado.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias