El teniente de alcalde de Modelo de Ciudad, Urbanismo y Vivienda Digna del Ayuntamiento de Palma, Antoni Noguera, ha presentado un proyecto para crear un bosque urbano de al menos 15.000 metros cuadrados que se una a la conocida como falca verda. Se trata del antiguo canódromo de Palma y del velódromo del tirador, 34.000 metros cuadrados de superficie. A tal fin en los presupuestos del consistorio y con fondos de la Ley de Capitalidad, se destinan 500.000 euros, lo que resulta a todas luces del todo insuficiente ni siquiera para recuperar el edificio de Gaspar Bennàsar de 1918, que se pretende sea la sede del distrito municipal de Ponent y que abra el año 2016.
La pretensión del equipo de gobierno municipal es altamente positiva aunque en modo alguno original, pues la creación de la falca verda o cuña verde es un proyecto muy antiguo que solo se ha materializado con el Parc de Sa Riera. Bien está que Cort de pasos para ampliar esta zona verde y hacer de ella un auténtico bosque urbano, pero a decir verdad parece que el medio millón de euros iniciales no van a poder dar mucho de sí dada la envergadura del proyecto.
Desde el cambio de gobierno municipal hasta la fecha, han sido muchos los anuncios hechos por el departamento de Antoni Noguera (quien será el próximo alcalde de la ciudad a partir de 2017), aunque hacen falta más actuaciones y más presupuesto, porque las ruedas de prensa presentando proyectos muy loables no son suficientes. Los ciudadanos ya están hartos de anuncios y quieren ver hechos. Y por el momento, ahí está el solar del Lluís Sitjar, ahí está el edificio Gesa, ahí está Son Busquets, ahí está el canódromo, ahí está Son Dureta, etc.





