La Diputada Ana Aguiló cree en los Elfos, el President Bauzá No

Estoy revisionando El Señor de los anillos. Junto a mi padre vi la versión animada hace ya la friolera de 35 años y ahora me doy cuenta de que me enteré de muy poco, aunque probablemente sí de lo indispensable.

Pero a lo que iba: en El Señor de los anillos hay buenos y malos y parece que eso basta para mantener una historia en vilo.

Parece, pero no basta. El autor ha de creérsela. Tolkien cree en su Señor. Ese es uno de los encantos del libro. Igualmente de la trilogía cinematográfica: el director parecía creer en su proyecto. Y a pesar de las cursiladas de las películas, de lo insoportables que llegan a ser Merry y Pipin, de la evidencia de babas y mocos de los trolls y de lo que cansan las pantallas de ordenadores, las pelis de Peter Jackson son un espectáculo entretenido. Aunque El hobbit es un peñazo, y me convencen las razones: anacronismos, conversaciones interminables, no hay héroes guapos… Probablemente no han creído en el proyecto, sino en su suculenta y previsible venalidad.

Tengo un amigo radicalmente ateo, que adora El Señor… Se lo ha leído una decena de veces. No me atrevo a decir que el Señor de la joyería enanoide haya sustituido al Señor de los cristianos. Pero, cuando menos, es curiosa la afición que le tienen algunos a Tolkien. Será que el imaginativo surafricano se creía a pies juntillas su mundo de mentirijillas. Aunque parezca mentira, una de las razones por las que El Señor… ha tenido tantos fans es por esas tediosas descripciones. Imposibles de imaginar, pero convencen al lector de que lo que ahí se dice va en serio. Que si van al norte es que hay norte, que si al sur, hay sur, que si el collado está ribeteado de nubes, es que hay collado, nubes, elfos etéreos, pero que de un salto desde Ered Luin se te plantan en el Parc de la Mar. Hace años intente leer El Señor… con mapa y todo, pero desistí de guiarme por Mordor y alrededores. Bastante tengo con España. Soy hijo de la Transición y sé muy poca geografía española.

Y dirá el lector que por qué este desconcierto. Porque veo que no hay cosa mejor que creerse lo que uno dice para ser convincente. Lo cual me lleva a hablar del PP de Bauzá (no el de la Diputada Ana Aguiló), que dejo de creer tras ganar las elecciones. El President Bauzá, no deroga la separatista Ley de símbolos locales, no se atreve a polemizar con el pro-balearismo cultural, por ser este pro-español . No cierra o privatiza IB3, ni cierra el grifo de sindicatos y asociaciones pan-catalanistas, ni impide el visionado de TV3 y la audición de radios catalanas en Baleares. No ha liquidado los Consells, que es lo que aplaudiría la mayor parte de su base electoral. No ha convocado un referéndum sobre la denominación de la lengua propia de Baleares. El President Bauzá no cree en su mundo de principios. No elaboró mentirijillas del noble mundo de la ficción, sino mentiras oportunistas sobre la realidad.

La Diputada Ana Aguiló si cree en los Elfos, el President Bauzá No.

 

Que Randall nos coja confesados.

 

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