Llegamos a creer que era cierto, aunque tampoco comprendíamos muy bien por qué. Aceptamos qué nuestra ambición superó nuestros ingresos. Intentábamos ajustar nuestra economía doméstica sin lograrlo realmente. Algo, más allá de nuestras carteras, no nos convencía. Pero, qué sabremos nosotros, pobres ciudadanos.
Caímos en picado hacia la pobreza, mientras Rajoy salvaba al país de un rescate. Él se autoaplaudía y felicitaba. Los parados, las víctimas de las preferentes, de los desahucios, de los sueldos congelados, los jubilados, los jóvenes seguíamos haciéndonos preguntas. Nadie tenía una respuesta.
Después de un Urdangarin, de un Matas, de una Munar y otros, de unos partidos políticos bobos y otros demasiado listos, estalló un 15M. Empezamos a darnos cuenta que no todo había sido culpa nuestra.
Los funcionarios no son los culpables del enorme gasto de las arcas públicas. Llevan años con el sueldo congelado, y aunque tampoco se partan el espinazo en el andamio, la mayoría trabaja mucho y bien. Gracias a Gallardón y a su arrebato de dignidad, sabemos que no se lanzó al vacío sinó a un colchón vitalicio de más de 8.000 € mensuales brutos. Y no es el único. Como cierto es que un ordenanza que ocupe un cargo público, vuelve a su trabajo con un nivel 33 consolidado. Muchos sin conocimientos de ningún tipo, tal vez sí de caza y escopetas.
Incomprensible era ver que los altos cargos seguían gozando de jubilaciones blindadas vitalicias, suficientes para reflotar la sanidad o los servicios sociales de varias comunidades autónomas. Cáritas y otras entidades no daban abasto en ayudar a una población que desesperaba ante un presente y un futuro negros.
Los que han mantenido un puesto de trabajo sienten que son muy afortunados, aunque traguen con condiciones laborales abusivas. Tristeza y miedo. Tal vez un poco incluso de culpabilidad.
Podemos nos ayudó a pensar, a protestar, PSOE y PP demostraron ser caras de la misma moneda.
En medio de la desesperación, sin fe en un sistema obsoleto, en una clase política aferrada a sus cargos, manteniendo a una monarquía arcaica, van y dan la campanada. Tenían tarjetas B. O sea todos los representantes de IU, PSOE, PP, CCOO, UGT y alguno más supongo, hasta Spottorno, de la Casa Real, gastaban a manos llenas y sin control el dinero que nos negaban. Sean austeros queridos ciudadanos y conseguiremos levantar el país.
A Montoro y a De Guindos se les parte el alma. Pero porqué están a unos meses de las elecciones. Porqué han dado crédito a Podemos, o al Partido del Mus en grupo. Poco importa ya. No nos creemos nada. Nadie quiso denunciarlo.
Sí señores, todos ustedes, han violado nuestra economía y asesinado el futuro de los españoles. Rajoy cobarde, responde.




