La Guardia Civil

La Guardia Civil está celebrando su 181 aniversario.  Es decir, que se fundó en el año 1844. No existían ni el PSOE, ni el PP, Ni los partidos nacionalistas, ni Franco, ni las Constituciones españolas, ni los LGTBI +, ni Internet, ni los teléfonos móviles, ni los coches con motor de gasolina, ni la máquina de coser, ni la minifalda, ni el bikini, ni las píldoras: las anticonceptivas ni las de potencia sexual masculinas. En España, empezó la regencia de Isabel II. El Duque de Ahumada fundó la que se denominó Guardia Civil: el cuerpo especial de fuerza armada de Infantería y Caballería. Se creó para perseguir a los delincuentes y a los bandoleros que controlaban los pasos de las montañas, los ríos y los valles de una España pobre, analfabeta, y despoblada.

Hoy sirven con el uniforme verde y el tricornio más de 82.000 efectivos. Hombres y mujeres que tienen por misión proteger a los ciudadanos en su libre ejercicio de derechos y libertades. Es el Cuerpo de Seguridad que más funciones asume: Seguridad Ciudadana y Seguridad Vial; Control de Armas, Criminología; Lucha Antiterrorista; Violencia de Género, Integridad Territorial; Gestión y Control de las Fronteras, por tierra, mar y aire; Control y defensa del Medio Ambiente; Delincuencia Informática; Orden Público; Protección de Altas Personalidades; Desactivación de Artefactos; Protección de Edificios; Investigación Judicial y Control del Patrimonio Histórico. Además, y por orden del Gobierno, asistencia y Cooperación Internacional. ¡Ahí es na! 

Es la Benemérita porque su entrega al servicio de los españoles, con su sangre, su sacrificio y sus penalidades, merece el respeto, el aplauso y el reconocimiento de todos. Su lema oficial: El honor es mi divisa, refleja el sentido de la vida de la Guardia Civil. El honor es lo primero que se gana y lo último que se pierde. Sin honor, el ser humano solo es un ser, un animal, un mamífero sin alma ni espíritu. Y su divisa: Todo por la Patria, refleja un pensamiento y una filosofía que se pierde en la noche de los tiempos, cuando los ejércitos marchaban a la guerra,  a la muerte para defender a la familia, los bienes, la historia y la vida, es decir, la patria sin apelativos ni apellidos interesados.

Fieles al orden establecido es el garante, hoy en día, de la vigencia de la Constitución española y de las leyes. Son callados, sumisos, y están siempre a la orden del que manda. La Guardia Civil es el ejemplo permanente de aquella famosa frase del Cantar del Mío Cid: ¡qué buen vasallo, si hubiera buen señor! Lo digo porque los diferentes gobiernos de la España democrática no han sabido agradecer el esfuerzo único de estos hombres y mujeres que lo dan todo por la patria. Siguen sin ser considerados profesionales de riesgo. No se les paga igual que al resto de Fuerzas del Estado o de las Fuerzas de las Autonomías, de hecho, hay policías locales que ganan más que un guardia civil.

Y por interés federalista, que no interés nacional, les quieren quitar su presencia en pueblos, aeropuertos, puertos y fronteras y el control de aduanas y del tráfico ilegal de drogas, mujeres y armas. Así se corre el peligro de que el control pudiese pasar a manos de políticos corruptos y delincuentes históricos. No se crean nada de lo que les dicen sobre las fronteras y las policías autonómicas; la verdad es que detrás del control está el negocio. Y la Guardia Civil, aunque ha tenido en sus filas a ladrones, asesinos y delincuentes, ha sobrevivido a la vergüenza y sigue defendiendo su honor, por encima de todo. Son profesionales por vocación. No por interés, Y eso no se puede pagar ni con dinero ni con medallas. Se paga con el respeto y la admiración.

Armando Pomar

armando.pomar@gmail.com

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