La izquierda ha gobernado en dos ocasiones en Baleares gracias a Unió Mallorquina. Lo lógico hubiese sido que formar parte del mismo gobierno sirviese para unir lazos, pero se produce el efecto contrario. En Mallorca, el PSM se une a una parte de Izquierda Unida y Els Verds, además de Entesa. Curiosamente, Entesa nació como consecuencia del pacto que en su día alcanzó el PSM con Izquierda Unida. Sin embargo, IU irá por su cuenta a las próximas elecciones, al igual que ERC, que antes estaba en el Bloc. En Eivissa ha ocurrido un efecto similar y Eivissa pel Canvi ha anunciado que no formalizará ningún acuerdo preelectoral con los socialistas después de gobernar casi cuatro años. El gobierno, en lugar de unir lazos, ha dividido a estas dos opciones de izquierdas. Todos estos partidos saben que la división de la izquierda beneficia al PP por ser la formación política más votada, pero les da absolutamente igual. En las actuales circunstancias, lo normal hubiese sido hacer candidaturas unitarias en Mallorca y Eivissa para intentar frenar la presumible evolución electoral del PP, pero en lugar de optar por la unión prefieren ir por separado, lo que seguramente traerá fatales consecuencias en el reparto de escaños. Y si no, al tiempo.





