Las leyes que se van aprobando a lo largo y ancho de nuestras 17 taifas autonómicas respecto a la homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, intersexualidad, lo que llaman “identidad de género” o "una nueva forma de entender el mundo" basada en la ideología de género, pretenden conseguir ese "cambio social" que buscan los partidos con representación parlamentaria, los nuevos y los viejos, esto es, la izquierda y el nuevo Partido Popular de Rajoy.
El objetivo común que se puede leer en estas leyes: "Mayor presencia y visibilidad en todas las esferas de la sociedad de personas homosexuales, bisexuales, transexuales e intersexuales". Así, las fuerzas políticas consideran prioritario aprobar textos legales que impongan medidas de corte ideológico en el ámbito educativo, sanitario y laboral. Medidas que imponen una censura ideológica e impide pronunciarse en contra de la ideología de género. La bisexualidad, la homosexualidad, la intersexualidad son, a golpe de ley, situaciones buenas y estará prohibido decir lo contrario. Por encima, incluso, del criterio médico, como por ejemplo denuncian desde el Colegio de Pediatras de Estados Unidos respecto a los perjuicios que la ideología de género ocasiona en los niños.
Ese “cambio social” inducido pasa, claro, por los medios de comunicación. Así, esta nueva legislación suele señalar que se debe "fomentar en todos los medios de comunicación de titularidad autonómica, y aquellos que perciban ayudas, subvenciones o fondos públicos, la concienciación, divulgación y transmisión de la diversidad sexual, identidad y expresión de género, emitiendo contenidos que contribuyan a una percepción de las personas LGTBI", como recoge la impulsada por el PP en la Comunidad de Madrid.
En el ámbito educativo pretenden "evitar y, en su caso, eliminar, contenidos formativos que impliquen discriminación basados en la diversidad sexual y de género". Una medida que, amparada en esa no discriminación y en el evidentemente exigible trato igual a las personas, puede encerrar, en realidad, censura ideológica: ¿Quién y cómo se determinan los criterios de esa diversidad sexual?
Y como toda buena ley mordaza que se precie los textos cuentan con detallados apartados de sanciones, que en Baleares pueden alcanzar los 45.000 euros. Procedimientos sancionadores en los que se invierte la carga de la prueba: Los denunciados por “homofobia” deberán demostrar su inocencia y no serán los acusadores los que tengan que aportar las pruebas de culpabilidad. La presunción de inocencia se convierte en presunción de culpabilidad.
Dando por supuesta la obligación universal de respetar los derechos humanos y la dignidad de las personas, la pregunta que surge aquí es: ¿Criticar la conducta homosexual (no la condición homosexual), no autorizar la asistencia de un menor a una clase de “educación sexual en la diversidad” o afirmar que las parejas homosexuales son menos idóneas que las heterosexuales para adoptar seconsiderarán expresiones o actos vejatorios? ¿Se intenta silenciar a una parte de la sociedad que no comulga con la conocida como ideología de género? ¿Será una infracción grave una manifestación, por ejemplo, en contra del matrimonio homosexual?
Estamos ante unas leyes que no sólo recogen los derechos de estas personas (ya contemplados en la legislación nacional y autonómica, por cierto), sino que añade una enorme carga ideológica en cuestiones como la educación, la vida administrativa y laboral o la libertad de expresión. Leyes que contemplan el tratamiento hormonal para menores incluso en contra del deseo de los padres o tutores legales, que coloca la autodesignación de género por delante del criterio médico y que señala sanciones para quien no comulgue con los postulados más radicales de la ideología de género: A saber, que el sexo-género es una construcción cultural variable con el tiempo y que cada persona ha de ser libre para autoasignarse el género que prefiera: Masculino, femenino, “intergénero”, otro… Experimentos con la naturaleza humana. Leyes de ingeniería social aprobadas en medio de un abrumador silencio mediático.





