La Milla de Oro de Palma

Para mí el Borne siempre ha sido el espacio más bonito de la ciudad. Un espacio amplio, con porte de “señorío y tronío”, camino hacia la Bahía, lugar de encuentro para mucha gente... franqueado por esas 4 leonas que dan la bienvenida a todos aquellos transeúntes, que diariamente pasan por este emblemático paseo de la Ciudad.

En verano, cuando tengo calor me gusta sentarme un rato en sus míticos bancos de piedra y sostener en la mano un granizado de limón natural de Can Miquel, allí lo tomo, rodeado de esos majestuosos plataneros que cobijan bajo su sombra a cientos de personas que buscan un respiro del aplastante calor isleño. Me gusta imaginar cómo era el Borne desde sus inicios, alguna cosa me contaba mi abuela de cuando ella era joven, de cómo sin otra distracción posible, el paseo se convertía en un ir y venir, para arriba y para abajo de gente desfilando; sus desaparecidas sillas, donde las chicas en edad de casar se sentaban a la espera de un galán bajo la estricta mirada de las “carabinas” hacían que la única manera de poder “cortejar” fuera la de pasear por el Borne. Eso sí los jueves era el día en que el personal de servicio se apoderaba de él y los señores se quedaban en casa.

Pero vamos a lo que vamos, y empecemos la historia desde que yo tengo recuerdo. Eran principios de los 80 cuando yo era un niño y el Borne gozaba de sus últimos momentos de gloria con el mítico Cine Born, donde yo iba con mi padre, recuerdo que de las últimas películas que pude ver fueron la saga de Loca Academia de Policía. En la planta baja del Cine Born estaba situado el glamuroso Miami, si si han leído bien glamuroso, porque aunque esta palabra me guste poco por su uso inadecuado y vulgarizado, hay que decir que esta cafetería de las de entonces, era el claro reflejo de lo que en verdad es el significado de esta palabra.

Justo en la esquina con la calle San Felio, había el popular Antonio’s, restaurante peculiar que con su amplia y amena terraza hacia que siempre estuviera lleno, justo en frente, había la cafetería Formentor, con una puerta de madera propia de un casal mallorquí y cuya decoración era lo que mejor recuerdo de ella. Que decir de esos dos grandes palacios que aportaban esa majestuosidad al Borne, el Casal Solleric y Can Alomar, este último, siempre lo he recordado como un lugar extremadamente decadente, con un ficus gigantesco que daba paso a la oficina de viajes de Wagon-Lit. Justo en la acera de en frente, la primera marca de lujo que aposto por el Borne fue Loewe, que posteriormente fue trasladada a la esquina con la calle Jaime III, donde se encontraba Can Buades.

Pasaron finales de los 80, luego los 90 y a mediados de este, en lo que era el edificio de Gaspar Bennassar que albergó el Cine Born y el Miami, abría las puertas un gran espacio de moda con un nuevo concepto llamado ZARA, el buque insignia del todo poderoso Inditex, que apostaba por darle un poco de vida al fantasmagórico Borne. Fueron pasando los años y el único que aportaba un poco de vida a la calle seguía siendo Zara, con la llegada de los años 2000 un espíritu nuevo, como si se tratase de una olla a punto de hervir se iba notando en el ambiente,  algo se estaba cociendo en este espacio de la Ciudad. Carolina Herrera y Hugo Boss siguieron la estela de Inditex y fueron apostando por abrir sus tiendas.

 

El cambio grande fue, cuando el proyecto de reforma integral de Can Alomar vio la luz y la sorpresa del nombre del que sería su primer inquilino,  Louis Vuiton, la maison francesa del sumun del lujo se asentaba para ver pasar un real cortejo de diferentes firmas competidoras que buscaban asentamiento a golpe de talonario. Lo que durante casi 3 décadas había sido un espacio olvidado de Palma se ha revalorizado. La gran demanda de espacio en el Borne es tal, que está convirtiendo sus callejuelas y espacios próximos en auténticas minas de oro, haciendo que Jaime III pierda su estatus de  calle más exclusiva de la ciudad.

Varios proyectos nuevos son los que están en marcha para acabar de cerrar el círculo. Dos hoteles, uno en los altos de Can Alomar, gestionado por los actuales dueños de Can Cera y Calatrava, conciben el espacio disponible en un hotel de cinco estrellas que albergará 16 suites. Justo en la otra acera, lo que es la tienda Quesada y su edificio será otro pequeño Hotel con un aire más contemporáneo. La noticia bomba cayo hace unas semanas cuando se filtró que la Familia Fierro-March había adquirido el emblemático edificio de Telefónica con un sin fin de  especulaciones de lo que será su futuro.

Sea cual sea el futuro de este edificio lo que si voy a decir es que el Borne se ha convertido en la auténtica Milla de Oro de la Ciudad y de la Isla,  pone en el mapa a mi querida Palma, en el circuito de las ciudades de shopping del mundo, bajo la atenta mirada del Emperador del Nuevo Borne: el imperio Inditex.

 

Tommy Ferragut

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias