Comenzaré este pequeño alegato a favor de la libertad refiriéndome a lo que está ocurriendo en una encantadora isla caribeña que un día fue territorio español, después colonia no oficial de Estados Unidos, y que durante más de cuarenta años ha sido finca de recreo de los hermanos Castro. Cuba, que así se llama esta isla, comienza hoy a salir del largo letargo en que la sumió el régimen totalitario comunista y se despereza dando pasos cortos pero decididos hacia la democratización. Poco a poco se van normalizando las relaciones con el incómodo vecino del norte, el gigante yankee, retomando lazos comerciales y diplomáticos. Tiene los días contados el vergonzoso embargo económico que EEUU aplica sobre cuba desde 1960. Poco tardará también la economía cubana en reconvertirse al capitalismo abandonando un fracasado modelo que solo vivió sus años de esplendor cuando era artificialmente sostenido por la antigua Unión Soviética mediante la compra de azúcar a precio de oro blanco.
En Cuba llegará también pronto la prensa libre. A fecha de hoy los pocos medios de comunicación cubanos están todos en manos del Partido Comunista de Cuba, que es quien controla qué se publica y qué no. El Granma, por ejemplo, el diario de referencia en todo el país, anuncia en su cabecera ser “órgano oficial del comité central del PCC”. Y vaya si lo es: el Granma marca cada día cuál es la verdad oficial de Cuba, la publica y ésta es reproducida en cada uno de los periódicos regionales del país, radios y televisiones. Todos estos medios, sin excepción, dan las mismas noticias y con el mismo enfoque. Hay opinión, pero es toda de un mismo tinte. No hay fisuras. No existe otra verdad que la verdad oficial. Y para que se hagan una idea de lo sencillo que es hacer esto, lo consiguen en apenas 15 o 20 hojas que es la extensión del Granma. Sobra espacio hasta para incluir chistes y crucigramas cada día.
La libertad de prensa llegará a Cuba más pronto que tarde. Será un paso más dentro del proceso ya imparable que los Castro y el presidente Obama han iniciado. Cuba deja de ser una excepción única en América. Veremos en pocos años la aparición de algún diario crítico con el Gobierno o de alguna radio, para finalmente ver una televisión privada que se aleje de la verdad oficial. Llegará la prensa libre más allá de los escasos blogs y tuiteros que publican desde la clandestinidad y que tienen seguimiento casi nulo desde dentro de Cuba por estar vetado el acceso a internet a los cubanos. Algo que también acabará en breve.
Cuba se moderniza, sale del letargo y se incorpora a la modernidad de nuestro siglo XXI también en materia de comunicación. Se pasará de la verdad oficial a la pluralidad informativa que tan nerviosos pone a gobernantes latinoaméricanos con tics autoritarios como los Maduro o los Correa que con mayor o menor aguante tienen que lidiar con una prensa plural que fiscaliza su gestión y sus desmanes si los hay.
Y mientras esto ocurre en las Antillas, en otra islita situada en el centro de la Península Ibérica, el proceso que se inicia es el contrario. Habiendo un más que equilibrado mapa de prensa libre y plural perfectamente consolidado, a la Castro de turno se le ha ocurrido que no hay otra verdad que su verdad y por ello crea su propio Granma, es decir, su órgano oficial del régimen. Pongamos que hablo de Madrid, de la alcaldesa Carmena y de su web Versión Original creada para desmentir, sin derecho a réplica, las informaciones publicadas por la prensa libre de este país. La verdad oficial es la verdad oficial y no admite contestación.





