Laicismo cateto en Cort

Menudas vacaciones se han pegado nuestros políticos, entre semana Santa y la siguiente por la jeta—manda cojones que los diputados vayan con el calendario escolar cuando el resto de miserables humanos se jode todo el año — se han estado calladicos, lo que de vez en cuando es de agradecer. Aún así la cosa se pone mustia, tristona y aburrida ,por lo que siempre viene bien recurrir al Ayuntamiento de Palma que en eso de hacer y decir tonterías nunca falla. La primera ronda de hoy la paga Cort.

La publicación de la presente columna coincide con el Diumenge de l'Àngel, fiesta viejuna donde las haya. Dicen que está documentada desde el año 1407. La cosa va, como en todos los pancaritats, de marcarse una romería para. como bien avenidos hermanos, dar buena cuenta de crespells, panades y demás cosas buenas que engordan y que se comen por Semana Santa. La cosa tampoco es espectacular, viene a ser un picnic de toda la vida. En Palma la tradición se había perdido y fue recuperada por los vecinos a principios de los años 80 del ya pasado, y a menudo olvidado, siglo XX. Hay que reconocerle el mérito a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma. También hay que reconocer que son un poco rojillos y catalufos, con ello no descubro América. Cuando se juntan los vecinos con el Ayuntamiento, que también es rojillo y catalufo, se ponen a desvariar como si se hubieran metido un platazo de torrijas de chocolate del bueno. Se plantan un señor del Ayuntamiento con un jersey a lo Evo Morales y un baranda de los vecinos muy trajeado con lazo amarillo en la solapa para contarnos que el Diumenge de l'Angel se ha convertido en una passejada o un «desfile amenizado» con números circenses y castellers. «Nueva coreografía», dicen... Da un poco de asquito ver ese laicismo anticlerical y cateto del alcalde Toni Noguera y los suyos. ¿Podemos felicitar el año chino a los chinorris de Palma y colaborar en su fiesta, pero no podemos reconocer el origen cristiano de un puñetero pancaritat?

No piensen, pero, que la perroflautización del Diumenge de l'Àngel es nueva. Podemitas y meseros con el apoyo de los sociatas de Hila solo han refinado el esperpento, la cosa viene de lejos. El muy honorable alcalde popular Mateo Isern ya permitió ensuciar la fiesta con castellers y —ay, Dios mío — ¡batucadas! Detesto las batucadas, grupos de gente que camina despatarrada como si tuvieran almorranas del tamaño de una col lombarda y que son unos cansinos aporreando los tambores mientras la gente de alrededor se mueve de manera simiesca en algo parecido a una danza atávica de incierto origen pagano. Tranquis, que Isern esto lo arregla ahora que Biel Company lo ha vuelto a fichar y más pronto que tarde lo veremos de alcaldable en Palma. Lo que falte, se pone, para el año que viene metemos unos dimonis y un buen correfoc y ya tenemos el lote completo. Y para el 2020, un botellón como Dios manda, con comas etílicos, violaciones en grupo y navajazos, como tiene que ser. El Diumenge de l'Àngel lo va a petar.

Sí, ya sé lo que viene ahora, me van a llamar rancio, casposo y antiguo. Creo que fiestas hay muchas y variadas, y que hay un momento y un lugar para cada cosa, hasta para las batucadas. Me fastidia la tendencia a borreguizar las fiestas tradicionales para convertirlas en chorradas multiculturales. Por eso —y ya lo he contado en otras ocasiones—, me divorcié hace tiempo de los festejos populares. Puse punto y final al sectarismo vecinal tras la movida neonazi de Salvem la Real. Aquello fue muy duro, lo vi, no me lo ha contado nadie, fue en agosto del año 2004. Después de ver el comportamiento de los curas y los vecinos en la romería de Sant Bernat me largué de allí: niñatos perroflautas insultando a ancianos; le abrieron la cabeza a un madero; un tipo en la puerta del monasterio filmando a quién entraba para elaborar una lista negra de vecinos; el pasteleo culo y mierda de los curas con los radicales... Menuda basura de Iglesia, eso no representa los valores cristianos en los que me educaron. ¿Y todo para qué? Con honestidad: ¿algún vecino de Es Secar de la Real me puede dar una sola prueba de que el hospital de Son Espases le haya perjudicado en algo? Luego nos extrañamos cuando se lía una guerra civil y nos matamos los unos a los otros.

Ya que estamos hablando de neonazis... La otra tontá de la semana la han perpetrado los de Arran, los niños del Titanlux, que les das un bote de espray de pintura —yo no sé si es que les pone borricos esnifar pegamento o qué — y se vuelven locos. Como ya nos tienen acostumbrados, salen de noche a pintarrajear paredes y, en esta ocasión, le ha tocado al monolito de Sa Feixina al que le tienen ojeriza. Qué juventud más chunga. De todas la vida los jóvenes andaban por la calle de noche para chuzarse e ir de fiesta o porque tenían que ir a trabajar. Si alguno de Arran supiera lo que es levantarse a las dos de la madrugada para ir a cargar maletas a Son Sant Joan se le quitaban las ganas de hacer manualidades de parvulario a las tantas. Supongo que a Neus Truyol, la regidora de la basura, Valtonyc y similares, le habrá escocido lo suyo enviar a un operario de Emaya a limpiar la pintada. La pregunta que me hago es si le pasarán la factura a Arran, que ha reivindicado «la acción» en redes sociales. Porque, digo yo, si me planto en la puerta del Ayuntamiento y les pinto una polla en la puerta me van a detener y me obligarán a pagar la reparación del estropicio. Me gustaría ver la denuncia de la Policía Local y la factura que le pasan a los pipiolos.

Al principio les hablaba de las vacaciones de los políticos. Los que se han marcado un after hours a lo grande son los del Partido Popular. Biel Company y ochenta de los suyos se han ido a una convención del partido a Sevilla. No voy a hablar de pasta porque me consta que, excepto los gerifaltes, como es lógico y normal, la mayoría de militantes se paga el viaje de su bolsillo. Eso sí, vaya resopón de Semana Santa, menuda fiestuqui. Espero que se lo hayan pasado bien porque política, lo que se dice política, más bien poca se ve en estos congresos y convenciones a la búlgara en la que todos aplauden a rabiar al soso de Mariano. Que lo disfruten, qué coño, que con el negro horizonte que tienen por delante y el previsible batacazo que les espera en mayo de 2019, hay que aprovechar el buen rollo mientras dure. Y no crean que me regodeo en la hostia que se van a meter. No es bueno para Baleares que el PP se hunda. Pero bueno, queda carrera hasta mayo y ya hemos visto como los pronósticos electorales se pueden volatilizar en horas. Comienza un tiempo apasionante para los que seguimos la política. Sé que suena friki, para mí unas elecciones son como un mundial de fútbol para los forofos del balompié.

Y aquí me planto por hoy. No les voy a hablar de la meada en toda la jeta que nos ha echado la Justicia alemana, ni de que empiezo a creer que en realidad Puigdemont es un mesías divino porque nadie puede nacer con una flor en el culo como la suya. Lo que me jode es que ningún juez kartoffeln hubiera humillado así a los gabachos, con Francia no se hubieran atrevido. Y del máster de Cristina Cifuentes —y sin ánimo de justificar lo que pudiera haber hecho, ni manifestarme sobre su autenticidad— tan solo les diré que, si tiramos de la cuerda, un buen puñado de políticos podrían tener problemas. Aquí en Mallorca todo el mundo sabe cómo algunos alcaldes, consellers y diputados de diverso color y pelaje han obtenido su título de Derecho en una conocida universidad a distancia. También podría hablar de algún geógrafo. Como no tengo ganas de que me casquen una denuncia por difamación —y la verdad: el PP no me ha filtrado la movida como ha hecho con Cifuentes para cargársela—, mejor me callo.

Jodido eso del fuego amigo. Les hablaría de ello, pero, como imaginan, esa es otra historia...

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