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Las posibilidades de la educación

viernes 07 de octubre de 2022, 04:00h

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Durante este tiempo que me llevo dedicando a la enseñanza estoy aprendiendo muchas cosas; pero una especialmente. El alumno siempre aprende algo, aunque no sepamos muy bien qué. Y esto ocurre, no porque el alumno quiera aprenderlo, no porque el docente sea muy bueno, y no porque lo que enseñemos sea de su interés, que también, sino por lo que podemos denominar las posibilidades de la educación.

A pesar de que la educación no interese a nadie (prueba de ello, los resultados de la encuesta del CIS que sitúa a la educación en los últimos peldaños), el mundo de la educación es maravilloso. En su trasfondo se ocultan millones de posibilidades que muchos de los que nos dedicamos a lo que yo denomino la noble labor de enseñar, desconocemos.

Una de las características del buen profesor tiene que ser la de la disposición a viajar a ese submundo, descubrir las posibilidades que nos brinda el sistema, y aplicarlas para conseguir el éxito del proceso educativo del alumno. Y, precisamente, el éxito del alumno no es algo que nos propongamos los docentes para justificar nuestra responsabilidad social. El éxito educativo del alumno es el derecho que él tiene porque así lo establece el ordenamiento jurídico español: la Constitución y la Ley orgánica de educación. Y el sistema educativo tiene que garantizarlo.

Por consiguiente, la educación es una ventana abierta a las posibilidades. Y una de esas posibilidades que nos brinda la educación es la metodología que nosotros empleamos en el aula. Convertir al alumno en el protagonista de su aprendizaje nos posibilita descubrir y presenciar cosas maravillosas casi sin darnos cuenta.

En una conversación con una directora de un centro de primaria, me fascinó la anécdota que me contó: una alumna de quinto curso, ante un proyecto realizado relacionado con la física. Pongámonos en situación: una mesa; tres vasos, uno con agua, otro con cubitos de hielo, y otro con gas. La pregunta de la niña fue fascinante: "¿Por qué hay tres estados diferentes cuando los tres vasos están en el mismo lugar, a la misma temperatura y con la misma humedad?" La profesora de la materia no tenía respuesta. La niña había llegado a un nivel de reflexión prodigioso en su aprendizaje.

Para llegar hasta ahí, la alumna tuvo que realizar diversas investigaciones, tuvo que esforzarse en conocer las características de la materia en sus diferentes estadios. Y, al final, lo consiguió, no solo por las propiedades de sí misma, sino también porque sus maestras le habían abierto múltiples posibilidades de aprendizaje adaptadas a sus características. Y éste es el camino que tenemos que recorrer en el sistema educativo del siglo XXI.

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