La presidenta del Govern, Marga Prohens, afronta la segunda mitad de la legislatura con un equipo remodelado, un discurso optimista y unas cuentas públicas que le permiten abordar esta nueva etapa a otro ritmo.
El cambio en el organigrama del Ejecutivo busca refrescar el proyecto, preparar al equipo para culminar el trabajo hecho en la primera parte de la legislatura y reforzar la imagen y el liderazgo de Prohens.
Se incorporan dos nuevas caras al Consell de Govern: Sandra Fernández al frente de la Conselleria de Familias, Bienestar Social y Atención a la Dependencia; y Catalina Cabrer como consellera de Trabajo, Función Pública y Diálogo Social.
Además, Prohens asciende a vicepresidenta segunda a Antònia Maria Estarellas y reestructura la Conselleria de Empresa, Ocupación y Energía, liderada por Alejandro Sáenz de San Pedro, para impulsar la nueva Conselleria de Trabajo.
En el ecuador de su mandato, la presidenta exhibe con satisfacción el nivel de cumplimiento del programa electoral del PP: el 93 por ciento. Una cifra que, sirve para reforzar el relato de eficacia ante sus votantes, pero que no necesariamente se traduce en un aprobado a su gestión para amplias capas de la ciudadanía.
La vivienda, por ejemplo, sigue siendo el gran problema a resolver. El Govern ha anunciado medidas, ha aprobado cambios normativos de calado y ha puesto en marcha proyectos novedosos, pero la crisis habitacional sigue agravándose y el malestar social va en aumento.
El Govern ha anunciado medidas, ha aprobado cambios normativos de calado y ha puesto en marcha proyectos novedosos, pero la crisis habitacional sigue agravándose
Prohens y su equipo confían en que las políticas desplegadas darán frutos a medio plazo, pero es dudoso que la ciudadanía sepa esperar pacientemente a que eso ocurra. Pese a los esfuerzos del Govern, miles de jóvenes, familias y trabajadores siguen atrapados en una espiral de precios desbocados, alquileres inasumibles y escasez de vivienda.
La presidenta del PP acierta en sus ajustes para optimizar el rendimiento de su Ejecutivo; y es positivo que comparezca públicamente para rendir cuentas de su gestión al llegar a la mitad de su mandato. Es lógico que, al hacer balance, reivindique las actuaciones de su Administración, pero eso posiblemente no sea suficiente.
Quedan algo menos de dos años hasta las elecciones de 2027, tiempo suficiente para desarrollar políticas valientes que incidan en los retos que la Comunidad Autónoma tiene por delante y que sólo resolverán políticas efectivas y determinación para llevarlas a cabo, alejadas de la autocomplacencia, del conformismo y la resignación. Es lo que demanda la sociedad balear y lo que se espera del Govern.
El tiempo corre, y la legislatura entra en una fase decisiva. Si Prohens quiere dejar huella más allá de satisfacer a su propio electorado, debe afrontar con el liderazgo que se requiere y que ha demostrado hasta ahora, los problemas reales de los ciudadanos. Para ello es importante no perder en ningún momento el contacto con la calle y que el Govern se muestre accesible, cercano y sensible a las demandas ciudadanas.