Los Mirandeses, o sea, los de Miranda del Ebro no han pasado 24 horas con un mallorquín en su vida (dicho sea con todos los respetos, utilizando la jerga legal). Si lo hubieran hecho se hubieran abstenido de publicar el ridículo comunicado por el que se prohibe a los “tifosi” mallorquines que no pueden sentarse con el resto de “tifosi” este domingo, lucir ningún distintivo perteneciente al club visitante (léase bufandas, camisetas, banderas,gorras, etcétera).
Muy en el fondo es comprensible, no hay nada más peligroso que un mallorquín con una bufanda del RCMallorca en el fondo sur de un estadio de fútbol. Es sabido por todos (desde aquí hasta Australia), que en esta tierra de antiguos honderos si le das a un mallorquín una bufanda, incluso un simple calcetín, es capaz de meter una pedrada como si nada. Ya lo advertía Diodoro Sículo, refiriéndose a los honderos baleares: “ … en la práctica de tirar piedras con hondas, aventajan a todos los demás hombres” , no es extraña pues esa impulsiva prevención de los responsables del Mirandés.
Vamos a ver, para quien todavía no se haya enterado: los mallorquines no sólo somos capaces de no aplaudir a los nuestros, sino que además nos permitimos el lujo de silbarles cuando tienen el balón entre las piernas y juegan mal. Del mismo modo que somos capaces de seguir un concierto que nos pone la piel de gallina sin que el que está sentado a nuestro lado se de cuenta, porque ni tan siquiera aplaudimos si podemos evitarlo Apoyamos a nuestros equipos con la misma intensidad que cualquier “tifosi” italiano, porque nos hierve la sangre sin calentador cuando juegan los nuestros, pero sin gritos, sin aspavientos, sin demasiado espectáculo, porque aquí nos han educado nuestros abuelos con esa frase metida en el tímpano de: “ no demos de comer a los cerdos”.
Lo que tampoco saben los del Mirandés es que un buen mallorquinista fuera de contexto, es decir, sentado entre sus aficionados , antes les repartirá unas cuantas “quelitas” con sobrasada que unas cuantas “hostias” o palabras fuera de tono. Los mallorquines y los mallorquinistas por devoción, nos esmeramos fuera de nuestra Isla en promocionar nuestro paraíso en todas sus variantes posibles y primamos la educación antes que la grosería.
Entiendo que los del Mirandés, puestos a creer que van a jugar la Champions este domingo, se hayan puesto nerviosos, y más teniendo en cuenta que el RCDMALLORCA va a ganar este partido (espero no tener que corregir esta frase el próximo domingo) pero a nosotros, los mallorquines y mallorquinistas, nos ha entrado la risa al leer su comunicado, no estamos acostumbrados en la “Isla de la calma” a causar tanto revuelo.





