Si el paraíso tuviera nombre ese sería, sin duda alguna, ‘Maricel’. Un oasis de paz en forma de hotel ubicado, como su nombre indica, entre el mar y el cielo. Concretamente en el barrio de Ca’s Català, Calvià, muy cerquita de Palma. Un paraíso al más puro estilo mediterráneo y, lo mejor de todo, abierto los 365 días del año.
Si algo tiene este hotel, además de una fachada espectacular con vistas al mar, es historia y tradición. Se trata de una casa señorial inspirada en la arquitectura de los siglos XVI y XVII que desde sus orígenes ha cuidado los detalles al máximo.
Esta casa familiar se convirtió, en 1950, en un establecimiento hotelero. Nacía en una época complicada pues Mallorca salía del exilio de la posguerra y empezaba a recibir a un sinfín de turistas. Por aquel entonces, su propietario, Victorio Luzuriaga, confió en la mano de uno de los mejores arquitectos de la época, Francesc Casas Llompart que plasmó en cada uno de los rincones de la casa su forma de ver la vida: “confort por encima del lujo pero sin dejarlo de lado”.
El resultado fue un palacete sobrio pero el estilo de las casas señoriales de aquellos siglos. Casas logró crear uno de los edificios más deslumbrantes de la década de los 50. No es de extrañar, pues, que por sus habitaciones pasaran algunos de los personajes internacionales más conocidos del momento como Montgomery Cliff, Errol Flynn y la actriz Patrice Wymore así como la copropietaria de Benson and Hedges Cigarrettes, Silvia Hedges, Cristobal Colon, descendiente del conquistador, Lord Swanson, noble inglés, Rita Pavone o la familia Luzuriaga, propietarios no sólo del hotel sino que además de los astilleros Luzuriaga de Guipúzcua.
A nivel local, el hotel Maricel se convirtió en punto de encuentro de la sociedad mallorquina. Las fiestas más glamourosas se celebraban al abrigo de los salones de esta mansión.
El renacimiento del hotel Maricel
Sin embargo, a pesar de los años dorados del Maricel, el hotel cerró sus puertas en 1986. En 2002, tras casi dos décadas abandonado, el hotel volvió a abrir sus puertas de la mano de Hospes. Los arquitectos e interioristas de Hospes Desing tenía un único objetivo: devolverlo a la vida con todo su esplendor inicial. Para ello, se dedicaron en varias fases a rehabilitar el antiguo edificio conservando materiales y piezas originales así como dotarlo de la comodidad, exclusividad y elegancia que hoy en día lo caracteriza.
La reapertura fue todo un evento social. La expectación, por parte de la sociedad mallorquina, era máxima. ¿Volvería a ser, el Maricel, el prestigioso hotel de antaño? Efectivamente. No defraudó. Abrió y lo hizo a lo grande logrando ser, otra vez, uno de los hoteles más elegantes y sofisticados de Mallorca.
De la mano de Hospes, el hotel Maricel es, a día de hoy, uno de los mejores hoteles de la Isla dirigido por Jorge Mateu. Un paraíso para perderse, dejarse llevar y no pensar más que en el bien estar de uno mismo. En Maricel hay una norma que todo cliente debería cumplir: dejarse seducir y vivir al máximo una experiencia única en un ambiente de fantasía que nos transporta a vivir sensaciones únicas con el azul del mar y el cielo como únicos protagonistas.
Un hotel también para residentes
Cuando uno piensa en el hotel Hospes Maricel lo relaciona con algo fuera de nuestro alcance. Es cierto que el lujo y la exclusividad están presentes en cada uno de los rincones del hotel pero, sin embargo, se trata de un lujo al alcance de todos. Sobre todo para los residentes que pueden disfrutar de un sinfín de ofertas exclusivas.
Un ejemplo de ello es la noche de ‘jazz y tapas’ en el Lounge & Cocktail Bar. Se trata de una buena propuesta para la noche de los jueves y encima muy cerca de Palma. Buena música, buen vino y todo ello acompañado, no sólo de unas vistas espectaculares al mar, sino además de una gran variedad de aperitivos y tapas al más puro estilo Maricel donde la exclusividad está, también, en su gastronomía. Y todo ello por un precio más que asequible.
El restaurante del Maricel es otra de las joyas de la corona gastronómica de Mallorca que no debe perderse ningún residente amante de la buena cocina. Ubicado en primera línea de mar, y bajo la dirección del chef Juan Portillo, ofrece una carta que trasladará al comensal a una intensa experiencia sensorial a base de platos como la crema de alubias de ‘ganxet’ con panceta de ‘porc negre’ glaseada; cigalas a la plancha con ravioli de berenjena, arroces melosos y secos de todo tipo; dorada salvaje con crema ligera de ceps y mini acelga roja; la lechona confitada con su piel crujiente y aceite de vainilla o, entre muchos otros platos, la carrillera de ternera con ñoquis de queso mahonés y setas de temporada. Todo ello, por supuesto, acompañado de una carta de postres y vinos de lo más extensa y variada.
¿Qué hay mejor tras una buena comida? Sin duda alguna un gin tonic. En el Lounge & Cocktail Bar podrá elegir entre más de 35 tipos de ginebra, 20 de ron, 15 de vodka y 35 de whisky por no hablar de la gran cantidad de cócteles existentes habidos y por haber. Si usted, querido lector, decide acercarse a tomar una copa un día de estos le recomendamos sin duda alguna, el gin tonic de Brockmans. Un elixir capaz de hacerte llegar al más puro éxtasis a base de frutos rojos, arándanos, fresas y el toque secreto de Gaston, el barman del Lounge & Cocktail Bar. Si prefiere otro estilo de bebida, entonces la elección que le proponemos es cualquiera de los cockteles mallorquines que tienen a su disposición. Desde el mojito mallorquín hasta el daikiri de hiervas.
El mejor desayuno del mundo
Y si además de quedarse a cenar opta por quedarse a dormir, sin duda alguna la mejor elección que podría hacer, le espera el mejor desayuno del mundo. Como lo oye. Y no lo decimos nosotros, lo dicen los mejores críticos gastronómicos que en la II Cumbre de Gastronomía ‘Madrid Fusión’ otorgaron al desayuno del Hotel Hospes Maricel la distinción de Mejor Desayuno del Mundo. Se trata de una auténtica experiencia que dura tres horas. No hay carta, no hay buffet y nunca es igual. Los ingredientes típicos de cada temporada mandan.
Bodyna SPA, Natural Care
Y si encima de quedarse a dormir y de degustar el mejor desayuno del mundo puede quedarse a pasar el día, no lo dude ni un segundo, el Bodyna Spa, Natural Care será su mejor regalo. Este Spa, además de suculentas ofertas para residentes, tiene dos ubicaciones: La de verano y la de invierno.
La primera se encuentra ubicada en unas cuevas naturales que miran al mar y en las que poder disfrutar de los tratamientos de temporada que, en verano, se alargan hasta media noche. ¿Se imagina darse un masaje de chocolate en una cueva natural en plena puesta de sol sobre el mar Mediterráneo?
El Spa de invierno cuenta, además, con las máximas comodidades. Cinco cabinas de masaje con innovadoras camillas que dan la sensación de estar flotando, sala de fitness, piscina exterior e interior, sala de relajación, sauna, hammam, jacuzzi, peluquería así como una amplia variedad de tratamientos estéticos y corporales. Todo ello aderezado por cosméticos y productos naturales de origen biológico.
