Lo que le faltaba a la FIFA para sacar más dinero y a los aficionados para empacharse de fútbol, es este Mundialito de clubs que hace unos años se sacaron de la manga enfrentando a los campeones de cada continente en un mini torneo sin el menor atractivo dada la evidente diferencia de nivel entre todos los participantes.
Me parece bien que estas plantillas, mil millonarias algunas de ellas, reciban unas vacaciones pagadas en países exóticos para sus jugadores, técnicos, directivos y familiares. De paso se apunta algún colega que, de otra forma, no podría afrontar económicamente tamaño viaje. Pero, de verdad, juegue esa pantomima el Madrid, el Barça o el sursum corda, particularmente me importa tanto como un partido del mejor equipo de Swazilandia contra el líder de la liga mongol.
Más preocupante me resulta que las distintas federaciones estatales se presten a esta suerte de verbenas que interfieren en el desarrollo normal de las competiciones domésticas, salvo que aquí chupen todos del bote y nadie quiera levantar el dedo para hablar. Porque entre las competiciones internacionales y, en concreto, de las selecciones el bacalao no se acaba nunca. Sin embargo y por muchas televisiones que horneen el pastel, acabarán con la gallina de los huevos de oro. Y no falta mucho, ya lo verán.
El calendario no está saturado, sino lo siguiente, pero los bolsillos de agentes, dirigentes y algunos empresarios de televisión, también. ¡Salta a la vista!
