Aún no hay cifras definitivas, pero nadie puede negar el fuerte impacto en el turismo que tendrá la quiebra de Thomas Cook.
Tiene un impacto muy grande porque estamos hablando de un gigante de 19 millones de pasajeros y que para España representaba 7 millones de turistas. Son cifras que lógicamente suponen un impacto; ahora bien el cliente que quiere ir a Mallorca o ir a Canarias va a ir de cualquier manera. Lo único que va a cambiar es el canal por el cual llega a los hoteles.
¿Hasta qué punto se ha hecho todo lo posible para paliar el golpe?
Lo más difícil es el corto plazo; estos días, desde Iberostar, hemos estado ayudando -dentro de lo que nosotros podíamos porque no somos políticos ni representamos a nadie-, a la salvación de Condor. Condor era muy importante que se salvara y parece que se ha conseguido. El gobierno alemán y el gobierno de Hessen van a apoya a Condor y esto era muy importante porque Condor lleva el 30 por ciento de los asientos de Alemania a Canarias, el 70 por ciento de las plazas que van a Cancún, el 64 por ciento de lo que se vuela a República Dominicana... Destinos en los que los hoteleros mallorquines tenemos muchas camas. Si no hay asientos no hay clientes, y era muy importante que se consiguiera. Desde que ha quebrado todo el grupo hoy (por el miércoles) lo fundamental para que el daño fuera menor era salvar Condor.
"En esta crisis, el gobierno español, la ministra y el conseller de turismo han estado siempre a nuestro lado y están empujando para que el daño sea el menor posible"
Condor se ha salvado por la ayuda del gobierno federal de Alemania. ¿Es comparable la ayuda gubernamental ofrecida en España?
Tengo que decir que, desde que se ha iniciado esta crisis, ha habido una gran colaboración entre el gobierno español, la ministra y, a nivel local, con el conseller de turismo. Han estado siempre a nuestro lado y están empujando para que el daño sea lo menos posible.
¿Cuáles serían los próximos pasos a dar?
Primero luchar por los asientos, como le decía. Después, cuando Condor está salvado, impulsar a todos los touroperadores que trabajaban con Condor a que absorban las plazas de Thomas Cook y que apoyen a los hoteles que estaban trabajando. En estos momentos hay una disposición muy grande por parte de los touroperadores alemanes a coger asientos y plazas hoteleras. Por ejemplo, en nuestros hoteles del Arenal tenemos unos 14.000 clientes alemanes solo en invierno. A cualquier toruoperador le interesa coger este cliente que además es repetidor y que, si lo consigue ahora con una buen oferta y con agilidad y rapidez, automáticamente puede tener un cliente para muchos años.
"Para Iberostar, el cierre de Thomas Cook tiene sobre todo un impacto emocional; desde el punto de vista económico es importante, pero no es algo que nos pueda quitar el sueño"
¿Considera que debe de haber ayudas directas desde las administraciones?
Se pueden hacer cosas. En Canarias se está hablando de eliminar las tasas aeroportuarias para un periodo concreto. También puede analizarse que el gobierno, a través del ICO o a través de alguna institución financiera, apoye sobre todo a los hoteles pequeños porque tienen menos recursos y menos contactos comerciales para poder sustituir a Thomas Cook. Creo que la ayuda del Gobierno tendría que enfocarse por ahí principalmente, pensando en los que más lo necesitan, aunque luego se extendiera a todos.
En el caso de Iberostar, ¿cómo les afecta la quiebra de Thomas Cook?
Yo llevo 50 años trabajando con Thomas Cook, desde que nació. He vivido muchas etapas, a mí me han ayudado a crecer, me han ayudado a consolidarme. En un momento determinado teníamos más del 80 por ciento de nuestra ventas a través de Thomas Cook. Hoy en día estamos en un 14 por ciento. El impacto es sobre todo emocional; desde el punto de vista económico es importante, pero no es algo que nos pueda quitar el sueño porque ahora estamos más centrados en mañana que no en el pasado.
"Ahora, las empresas tenemos que invertir y trabajar más en la comercialización. Los touroperadores quedaran con un 40 por ciento de las ventas"
¿Hasta qué punto la caída de un gigante como Thomas Cook demuestra el cambio del mercado, cada vez más orientado hacia internet?
El cambio no se ha hecho ahora. El cambio se produjo hace unos años desde que internet fue acogido por los consumidores como un arma muy importante para reservar sus vacaciones. Y llevamos ya varios años en este sentido. El cambio ya se ha dado; lo que pasa es que Thomas Cook no fue ágil en reducir. Competidores que tienen menos estructura de empresa, con menos gastos y son más agiles, pueden vender a precios más bajos. Thomas Cook lo que no hizo fue bajar los costes adecuadamente con el ritmo que se necesitaba y al mismo tiempos sus márgenes se deterioraban frente a una competencia que, valga la redundancia, podía ser más competitiva y le arañaba sus ingresos.
De cara al futuro, ¿cómo se va a sortear este vacío que deja Thomas Cook? ¿Mantendrán su cuota los touroperadores?
La situación comercial de los hoteles ha mejorado a mucho. Por ejemplo, en nuestro caso, el 30 por ciento de nuestras ventas son online; otro 25 son a través de compañías de business to business. El turoperador está hoy en niveles del 50 por ciento. Yo entiendo que el touroperador no va a desaparecer, pero se moverá en un 40 por ciento del total de las ventas. El cliente también está más preparado, sin el temor inicial de poner la tarjeta en internet; hoy se han mejorado los sistemas, por tanto las contestaciones son ágiles y rápidas. Ahora, las empresas tenemos que invertir y trabajar más en la comercialización.