Uno de los hechos desencadenantes de la violencia machista, es la ruptura de una pareja en la cual el hombre no acepta tal decisión si es tomada por parte de la mujer. Esa persona, porque ya no la puedo calificar como hombre, decide que si no está con ella hasta que el quiera, porque otra cosa diferente es que la dejara, cosa que para esta gentuza no tendría más importancia, no va a estar con nadie más y comete el acto más vil y deleznable que se pueda cometer, quitarle la vida a esa mujer y a la vez quitándosela a sus padres, hijos, hermanos, familiares o amigos porque eso es algo que nadie podrá olvidar jamás.
SI una persona hombre o mujer decide dedicarte o estar contigo un minuto, una hora, un día, un mes, un año o lo que se le antoje ya te puedes dar por satisfecho, porque eso es algo que muchos no va a tener nunca y quizás eran personas que hubieran dado muchísimo a esa persona, pero cada uno es libre de elegir y desgraciadamente de equivocarse. Por lo que en el momento que alguien te dice se acabo, no quiero estar más contigo, te vas, lloras por las esquinas, buscas consuelo en tu familia, amigos, con tu perro o recurres a un psicólogo pero a tu expareja la dejas tranquila, es así de sencillo, es un principio básico de la convivencia que más allá de ideologías es necesario implantar en toda la sociedad, empezando por los más jóvenes. SI quieres un amigo te compras un perro y si quieres una pareja la conquistas y la respetas mientras estas con ella, punto.
Sacramento, no tendrá otra oportunidad porque un malnacido llamado Rafael Pantoja, la ha asesinado, no hay cárcel dónde puedas pagar tu culpa, ni condena que convalide lo que has hecho, no supiste agradecer el tiempo que te habían dedicado tu pareja y decidiste lo peor, espero te pudras en la prisión.
Nadie somos propiedad de nadie, somos seres libres y con nuestros sentimientos y pasiones hacemos lo que queremos, sin maltratar a nadie y por supuesto sin pedir consentimiento, aunque alguna vez tengamos que pedir perdón, pero nadie puede disponer de nuestra vida, de nuestro ser, nuestro corazón es quizás lo único que nos pertenece al 100 por cien, que la ignorancia, la maldad, la intransigencia fracase en su afán de doblegarnos.
Y por último decir que basta de silencios cómplices, de callar situaciones que vemos o tenemos cerca, por miedo o por no complicarnos, esta es una lucha de todos, no va de edades, status social o ideologías, esto va de canallas y miserables o de buena gente y yo quiero erradicar a los primeros, esperando que algún bastardo lea estas líneas y recapacite si es capaz y por otra parte alguien diga que ya es hora de contar lo que sabe de su pareja, la pareja de su amiga, vecina o conocida y evite otra tragedia.
