¿Veremos“el modo cole” como una nueva funcionalidad en los sistemas operativos de nuestros teléfonos móviles? Las empresas tecnológica scuya producción sea ésta, tienen un reto por delante. La realidad se ha impuesto de tal modo que se ha traducido en la necesidad de regular el uso de los dispositivos electrónicos en los centroseducativos. La propuesta de la Ministra llega tarde. Y esto solo ocurre cuando uno está más pendiente de otras cosas que de lo que realmente sucede enlos centros educativos.
Las necesidades reales que tienen los colegios e institutos de nuestro país distan, en muchas ocasiones, de las iniciativas que toman los que se dedican a gestionar la educación.
Es tan sencillo como aplicar el sentido común. De hecho, son muchos los centros educativos que aplican desde hace ya muchos cursos académicos restricciones en cuanto al uso del teléfono móvil. Tiene mucho sentido que en una era en la que las addciones a las tecnologías entre los jóvenes crece exponencialmente, los centros escolares se protejan de este mal cuando la administración no ha puesto remedio.
Si realmente queremos centrar los esfuerzos del sistema en mejorar el rendimiento académico de nuestros alumnos, es obvio que tenemos que eliminar el elemento distractor que supone el teléfono móvil. Los alumnos disponen de otras herramientas digitales para trabajar en el aula. Y el que no tiene ni chromebook ni tablet, la administración le facilita uno. Qué más se puede pedir. El alumno lo tiene todo a su favor. Tan solo tenemos que remar todos juntos para lograr el objetivo: sacar buenas notas.
Y ya no solo en cuanto al rendimiento académico. No hablemos de los problemas de socialización que supone depender de un teléfono móvil. Los niños, además de aprender, tienen que socializar en la escuela. El recreo tienen que aprovecharlo para hacer otras muchas cosas que no harán en casa. Si contabilizamos el tiempo que un niño pasa en el recreo, al final de curso estamos hablando de unas cien horas que no podemos malgastar delante de una pantalla.
El mejor aliado para luchar contra este mal del S.XXI es la família. Y, en este caso, son ellas mismas las que están desbordadas y sin herramientas ni estrategias para hacer frente a sus hijos. Por esto es tan importante que família y escuela vayan de la mano en esta lucha. La fuerza de dos es una victoria.
Está claro que hay muchas opciones para luchar contra los elementos que enturbian el objeto y la razón de ser de la escuela. Solo hay que aplicar el sentido común y la voluntad de querer hacer las cosas mejor. Porque, como digo siempre, otra educación es posible.
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