La muerte de un menor de edad en el centro de internamiento de menores de Es Pinaret a consecuencia de un incendio, cuando se encontraba bajo custodia de las autoridades en cumplimiento de una orden judicial, es algo grave que debe investigarse hasta el final. Así lo está haciendo el Juez de Instrucción y la Policía Judicial, concretamente el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil.
Consciente de la gravedad del caso, la consellera de Bienestar Social y Cooperación, Fina Santiago, se personó en Es Pinaret tan pronto como tuvo noticia del suceso y ayer mismo compareció ante los medios de comunicación para dar explicaciones. Al respecto reconoció que algo ha debido de fallar, pero pidió tiempo para que la investigación judicial ofrezca sus conclusiones, tras las cuales se tomarán las medidas de mejora que procedan. En todo momento evitó señalar a responsables del dramático suceso ya que lo consideró prematuro, lo que desde luego es una postura prudente.
Los investigadores barajan la posibilidad de que fuese la propia víctima quien prendiese fuego a las sábanas para obligar a los trabajadores a sacarle de su celda, pero el detector de humos no funcionó y cuando se apercibieron de la situación, ya fue demasiado tarde. De confirmarse esta hipótesis, que corrobora el hecho de que Es Pinaret está saturado, pues está acondicionado 46 plazas y normalmente hay en el centro entre 60 y 62 menores, está claro que el Govern se verá obligado a actuar de urgencia.
El Partido Popular ya ha solicitado que la consellera Santiago comparezca en el Parlament y de explicaciones, lo que augura una incipiente polémica política a cuenta de esta trágica muerte que no puede quedar sin consecuencias. Sin embargo, conviene esperar los resultados de la investigación judicial. Eso es lo más razonable y lo más prudente.
