El Córdoba ha sido el signo más vivo de la contradicción. Casi impecable fuera de casa con una tarjeta que le describe como el segundo visitante con mayor número de victorias, ha sido un desastre en funciones de anfitrión, pues solo el Athletic B, colista y descendido, y el Huesca han perdido más puntos en sus feudos que los que se han escapado de El Arcángel.
Oltra estuvo en varias ocasiones al borde del cese. Si no recuerdo mal llegó a acumular cinco derrotas consecutivas y, tras haber sido líder durante un tercio del campeonato, ahora lucha, lejos del ascenso directo, para apurar sus opciones a través de un play off del que, de momento, se queda fuera por golaverage. Eso si, en su conjunto ha sido quien mejor ha toreado su adaptación tras un año en Primera, por encima de sus compañeros de viaje: Elche y Almería. Recibirá a este último en la jornada que cierra la liga. En teoría un compromiso fácil. No obstante haría mal en fiarlo todo a esta carta postrera, dejándose ir en Son Moix.
Lo mismo que el Mallorca, que tampoco debería permitirse viajar a Valladolid sin haber aprobado el curso, con un cinco rascado por supuesto, pero aprobado al fin y al cabo. Vázquez recupera a Yuste y Brandon, aunque haya perdido a Timon por acumulación de amonestaciones. Cuenta con la práctica totalidad de sus efectivos, salvo el añorado y muy necesario Costas, para dar la cara ante su predecesor en el banquillo de la derecha, desde cuya atropellada salida han desfilado ya Carreras, Olaizola, Ferrer y Gálvez y ahora el gallego, cinco técnicos en apenas un año. Se dice pronto.
Podría ser la jornada definitiva, condición deseable porque significaría la permanencia mallorquinista en la categoría. De tener que esperar una semana más, no hay quien responda.
