La campaña de Renta Ágil del Govern Balear se ha vuelto controvertida por diferentes motivos, entre ellos el mal funcionamiento del servicio en Palma, donde la responsabilidad directa es del Ministerio de Hacienda al ser la capital mientras que de los pueblos pequeños se hace cargo la Conselleria. Tal disfunción ha sacado de sus casillas a muchos contribuyentes palmesanos al ser pésima la atención en la principal ciudad del Archipiélago.
Pero lo más sorprendente es la campaña publicitaria audiovisual de Renta Ágil emprendida por el Consolat. En esta campaña se presenta a la principal institución ejecutiva de las Islas como "Gobierno de las Illes Balears", mitad en castellano, mitad en catalán. Hisenda ha reaccionado rápidamente al ver las protestas y ha asegurado que tal denominación cuenta con el visto bueno de su departamento de Normalización Lingüística. Es una huera y sorprendente excusa. La denominación oficial ha de ser Govern de les Illes Balears, sin mezcolanzas ni chapuzas. Sobre todo cuando se trata de una campaña institucional propagandística para que, en definitiva,la gente pague sus impuestos.
Es imprescindible presentar una marca de altísimo prestigio y reconocimiento, no un pastel lingüístico de muy baja categoría. Las deformaciones no caben a estos niveles si quieren que los ciudadanos les tomen en serio.
Ninguna empresa o entidad privada que ha de hacer una campaña propagandística se permite alegrías-cambalache cuando se trata de su nombre, entre otras cosas porque se rebaja cuando el objetivo de la campaña es exactamente el contrario. Y si eso vale para cualquier organización de este Archipiélago, el que debe dar ejemplo, en primerísimo lugar, es el propio Govern.
Hay que ser serios. Es preciso ofrecer una denominacion coherente en todas las ocasiones, sin subterfugios ni virguerías semánticas propias de una charla de cafetería pero no para otorgar solidez al autogobierno.
