No todos los mallorquines somos iguales

El Consell de Mallorca ha anunciado que va a limitar la velocidad máxima del tráfico en la vía de Cintura de Palma, a su paso por el túnel de Génova, para no molestar a los vecinos. En principio, parece una decisión correcta porque la vida particular debería estar antes que el tráfico y a nuestras autoridades les debemos exigir sensibilidad. Sin embargo, con un análisis un poco más cuidadoso, uno se pregunta qué sucede con los vecinos del Rafal, cuyas ventanas dan a la misma vía de Cintura desde su inauguración, hace ya varias décadas, y que nunca han tenido el privilegio de que los coches vayan más despacio para respetar su descanso. Incluso más importante, ¿qué sucede con el tramo de la vía de Cintura que discurre por debajo de una escuela infantil, a la altura de la salida de La Vileta? ¿Es que los niños no son al menos tan importantes como los vecinos de Génova? De pronto, nuestras autoridades se han visto arrebatadas por la sensibilidad, por esa emocionante compasión por los vecinos de Génova, cuando nunca antes se habían percatado de los balcones que dan a la vía de Cintura, cuando nunca habían visto las oficinas que desde Can Granada tienen que soportar el intenso tráfico de Palma. Un preocupante ataque de sensibilidad por el descanso ajeno. ¿O es que tal vez ahora el afectado es de esos mallorquines que no son iguales a los demás? ¿No será, tal vez, que ahora ese afectado es de los que se merecen tener junto a la cabecera de su cama el mando para poner un 80 en rojo en los carteles luminosos? ¿No será que alguien cercano al Consell ahora está molesto con los ruidos? Demasiadas incoherencias como para no sospechar que esto es un atropello de los que deberían sacar los colores a alguien.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias