Esta noche es una de las más bonitas del año, los niños se van a dormir absolutamente ilusionados pues llegan los Reyes Magos. Yo mantengo la ilusión en los Magos de Oriente y les pido regalos, no en forma de objetos, pero sí invoco a su magia para que mejore el drama actual que vivimos en muchos países del mundo.
Desde que recuerdo, cada año he ido a ver la Cabalgata de los Reyes y este será el primer año a la que no podré acudir; de eso no culpo al Alcalde Hila pues esa responsabilidad es íntegramente de la COVID. El Alcalde Hila es responsable de la pantomima que montará esta tarde y que nos saldrá por un ojo de la cara y de otros desmanes que ya abordaremos en otras semanas.
La situación es pésima; hay mucha gente que está sufriendo los rigores del invierno y además pasa hambre y por ello las ONGs son más necesarias que nunca pues si fuese el Estado el que debiera ayudar a los necesitados la situación sería caótica o de revolución civil. No se puede hablar de democracia con el estómago vacío.
Desgraciadamente las colas de Cáritas y de los Capuchinos, del Banco de Alimentos, de Zaqueo y de muchas asociaciones de ayuda crecen a diario. Hay personas en la Europa del Siglo XXI que piden un derecho esencial como es el derecho a comer. En ese papel caritativo juega un papel fundamental la Iglesia Católica, con la ayuda que nos ofrece a la sociedad ya están más que justificados los ibis exentos así como otras cargas fiscales; Cáritas, los Capuchinos y otras muchas ONGs también son Iglesia. No lo olvidemos. Y cuando un Vicepresidente del Gobierno o muchos de su partido se ensucian la boca intentando ofender a los creyentes habría que decirle que vistas esas ayudas y esa solidaridad todos, a nuestra manera, debemos ser creyentes.
No pretendo convencerles de nada; solo recordar esas llamadas Obras de Misericordia que decían dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al peregrino… Hoy en día desgraciadamente hay muchos necesitados pero nuestra gran suerte es la cantidad de gente buena que se arremanga para ayudar a los más desfavorecidos. Unos con trabajo otros con ayudas económicas, pero les aseguro que hay muchísima gente solidaria y de buen corazón.
También les pido a los Magos que ayuden a los sanitarios, a todos los que cuando vienen las cosas muy complicadas hacen auténticas peonadas por una pequeña retribución. Es evidente que no lo hacen por dinero. Lo hacen por vocación, por solidaridad y porque sobre todo creen en lo que hacen; por eso cuando su voz autorizada clama que ordenemos nuestro comportamiento, aunque sea por puro egoísmo, debemos hacerles caso.
Hoy y mañana son unos días bonitos y emocionantes, nuestros pequeños están disfrutando de grandes emociones. Recuerdo que alguien que representó a un Rey en una Cabalgata me dijo que no se le podía olvidar la mirada de los niños de esa noche tan especial. Gocemos de esa felicidad contagiosa y volvamos a la triste realidad el próximo jueves y dejemos a nuestros políticos y líderes en paz hasta el próximo martes. Feliz día de Reyes y también al Emérito por su cumpleaños.