Esta semana nos siguen tomando por tontos, y no uno, ni dos, ni tres... son muchos los que creen que nos pueden seguir engañando. Y ahora me explicaré. Pero antes, permítanme mi inciso “Timpanil”. Nunca jamás IB3 había cerrado un mes con la audiencia tan baja, y acaba de suceder. Esta vez sí, Andreu Manresa “Timpano” ha rebasado todos los récords negativos. Absolutamente todos. IB3 cerró el mes de abril con una media de audiencia del 3,5 %. Un auténtico escándalo, créanme. La peor cifra, hasta ahora, estaba registrada en julio del 2011 (y ya ha llovido desde entonces) en que el canal público autonómico cerró con un 4,1 %. Si en el mes de abril ya vamos por el 3,5 % ¿qué pasará los meses de verano en que, desde siempre, la gente consume mucha menos televisión? Y eso lo sé yo y cualquiera que sepa de tele. Sospecho que Timpano sigue necesitando un curso acelerado. O no, porque por lo que veo tiene una buena guardaespaldas. Y digo buena porque su máxima defensora se ha destapado esta semana y no es otra que la consellera Ruth Mateu. La misma que tras un golpe de estado se hizo con el poder de Transparència, Cultura y otras hierbas (porque con tanto cambiar el nombre a la conselleria ya me he perdido).
El pasado martes en sesión parlamentaria, la consellera Mateu, la misma que muestra una formas rudas y violentas a la hora de expresarse, defendió que la televisión autonómica debe primar la calidad a las audiencias. Y me parece muy bien lo de la calidad, señora, pero ¿para qué quieres calidad sino te ve nadie? Si al menos supieran que una media considerable sigue sus espacios, entendería que quisieran mejorar y ofrecer más y más calidad. Pero cuanta más calidad predican menos audiencia tienen. Eso de hacer teles elitistas... como que no me parece muy de izquierdas. ¿O es que acaso quieren matar la televisión pública? Primero ponen el grito en el cielo cuando se cerró Televisió Mallorca, y ahora... son ellos quienes quieren enterrar IB3, ¡ y en vida, que es peor!. Mateu, que ya digo, de una forma un tanto grosera para mi gusto, ha defendido que las audiencias mejorarán, que hay dar tiempo al nuevo director general del ente. O sea, hay que dar más tiempo a Timpano. Y eso que ya lleva cinco meses. Cinco meses y dos millones de euros de gasto. ¿Y aún tenemos que seguir aguantándole? Y él, tan pancho sentado en los bancos del Parlament, como ese día que se paseaba por la sala de prensa del juicio del caso Nóos. Que me parece muy bien Andreu que hagas calle y veas las cosas sobre el terreno, pero creo que primero te conviene más arreglar un poco el patio que tienes en el canal, no sea que de tanto hacer de “paseante” seas pronto un director general “pasante”.
Porque con estas cifras creo que ni la propia Ruth Mateu te podrá defender mucho tiempo más. El diario El País para el que trabajaba Timpano ya hizo aguas. Y no digo que fuese por su culpa (¡malpensados!) pero desde luego la deriva de IB3 ya empieza a ser responsabilidad suya. Y por ende de Ruth Mateu. De la mallorquina “empaltada” que ha saltado como una loca a una mínima crítica que hice en mi cuenta de Twitter. Ruth, creo que te conviene calmar ese temperamento, estás mostrando los pies muy prontito. Ni un mes mal contado hace que estás en el cargo y ya se empieza a echar de menos a Esperança Camps. Tú solita, y sin mucho esfuerzo, estás destapando lo que realmente sucedió en esa conselleria del Palma Arena. Ya se empiezan a ver tus primeras acciones de déspota, de señora (por decirte algo, porque las formas no lo son) poco elegante en sus acciones, con lo cual no es muy difícil imaginar quién fue la instigadora de ese golpe de estado encubierto que le hicisteis a Camps. Pero de eso ya hablaremos otro día, porque me juego el salario de un mes a que pronto nos darás más titulares, Ruth Mateu. Y sino... tiempo al tiempo. Dicen que la curiosidad mató al gato, y yo añadiría “y la soberbia podría matar a la consellera”. La próxima semana os deleitaré con un artículo mucho más extenso de la vida y obra de Andreu Manresa, de Timpano, pero hoy tengo otro menester.
Y mi objetivo no es otro que seguir con esas clases de matemáticas para idiotas tan celebradas la pasada semana. Y reitero que al decir “idiotas” no me estoy refiriendo precisamente a todos los ciudadanos de a pie, sino más bien a todos esos que llevan corbata y desde hace tres meses ocupan los escaños del Congreso.
¿Saben lo que nos van a costar las nuevas elecciones? Económicamente hablando. Pues yo voy a hacer la cuenta, y tirando por lo bajo. A parte de los 150 millones de € que cuesta la movilización del país para celebrar la jornada electoral y sus derivados, hay que sumarle la nómina que esos 350 diputados han estado cobrando estos meses sin que haya servido para, absolutamente, nada. Tirando por lo bajo, muy bajo, pongamos una media de 4.000 euros para cada uno de ellos. 1.400.000 € cada mes. Y han cobrado tres meses (febrero, marzo y abril). Sé que han cobrado más, lo sé, pero no quiero hacer tanta sangre. Bien, 4,2 millones de euros más.
Además de los 350 diputados tenemos 266 senadores. La misma cuenta, 266 individuos a razón de 4.000 euros al mes durante 3 meses. ¡Qué generoso soy! Para que luego digan que no tengo corazón... redondeando: 3,2 millones de euros.
Además hay que cuantificar las subvenciones que reciben las formaciones políticas del estado por cada voto cosechado. Seré benévolo y utilizaré una cifra desfasada: en el año 2012, solo PSOE y PP recibieron unos 50 millones de euros, así que yo me quedo con esta cifra para mis cuentas. Una cantidad que ya recibieron el pasado diciembre o enero, tras las elecciones y que volverán a percibir ahora. ¡Qué bonita paga extra, oiga! Como la de los funcionarios ¿no?. Ah no, que esos aún la esperan.
Bueno, así medio improvisando, a mi me salen casi 207,5 millones de euros. Y repito, estoy tirando muy por la bajo. Lo sé y sé que lo sabéis, pero que conste en acta. La guinda del pastel que sean los asesores (que se cuentan a cientos, y también cobran, por supuesto), los viajes y desplazamientos, los ipads, los teléfonos móviles, las prebendas... Así redondeando, y por lo bajo: 210 millones de euros. 210 millones de euros dilapidados por la mala praxis de todos esos que gustan de llevar corbata (y no se ofendan quienes la llevan y no son diputados). Y cuando digo todos, son todos. Con todo ese dineral podrían hacerse innumerables centros escolares, equipar hospitales públicos, contratar más sanitarios, profesores, dar más becas comedor, ayudas al alquiler social, no tener que idear más impuestos... Si aquí, en Balears... ¡estamos discutiendo por una ecotasa que ingresará 50 millones de euros! Unas nuevas elecciones son 4 ecotasas, así, de golpe. Me está viniendo a la cabeza la famosa frase de Federico Trillo, esa de los “manda huevos” pensando en esto.
¿Empiezan a entender por qué les decía al principio que eran muchos los que esta semana nos tomaban por tontos? 350 diputados y 266 senadores... a mi me salen 616 personajes que se creen que nos hemos caído de un guindo.