El Govern, a través de Ports IB, desplegará una flota de 22 embarcaciones dedicadas a la vigilancia, inspección y control de las aguas costeras. De estas unidades, diez semirrígidas -de 8 metros, equipadas con dos motores de 150 CV- se dedicarán específicamente a labores de inspección en todo el archipiélago, cubriendo puertos estratégicos como Andratx, Sóller, Colònia de Sant Jordi, Ciutadella o Maó. Las doce embarcaciones restantes refuerzan la operativa interna de Ports IB, optimizando la coordinación portuaria y agilizando la respuesta en emergencias o incidencias locales.
La iniciativa consolida un modelo más riguroso y sostenible de gestión marítima. Para ello se ha aprobado una inversión de 1,8 millones, financiados con fondos propios y del impuesto del turismo sostenible (ITS).
La necesidad de proteger el ecosistema marino —particularmente la posidonia oceánica, cuya integridad ha sido amenazada durante años por fondeos incontrolados, tráfico intensivo y eventos náuticos sin regulación adecuada— es imperiosa. Este nuevo operativo representa un avance significativo hacia una convivencia ordenada de usos en nuestras costas, tanto para actividades de recreo como para pesca o transporte náutico.
El nuevo servicio constituye un paso relevante en la defensa del entorno marino de Baleares. No se trata sólo de un despliegue técnico: es una apuesta por la conservación activa, la seguridad colectiva y el respeto por un litoral que es patrimonio natural e identitario de esta comunidad
Desde una perspectiva ambiental, esta estructura supone una respuesta firme al deterioro de los ecosistemas más frágiles. Un centro de control fijo, con 15 nuevas plazas (inspector, patrón y jefe de servicio), operará diariamente reforzando la vigilancia de los campos de boyas y garantizando la limpieza del litoral.
El servicio mejora también la seguridad marítima: permite un control más estrecho del tráfico náutico, facilita actuaciones rápidas ante actividades ilegales (partys en barcos, pesca no reglada) y optimiza la coordinación con entidades como la Guardia Civil del Mar y Salvamento Marítimo.
El nuevo servicio constituye un paso relevante en la defensa del entorno marino de Baleares. No se trata sólo de un despliegue técnico: es una apuesta por la conservación activa, la seguridad colectiva y el respeto por un litoral que es patrimonio natural e identitario de esta comunidad. Su éxito, sin embargo, dependerá de la implementación eficaz: vigilancia permanente, transparencia en las actas de control, colaboración con clubes náuticos y campañas de concienciación ciudadana. Sólo así se garantizará una transición real hacia un litoral protegido, sostenible y seguro.