Carlos González, dueño y presidente del Córdoba, pudo serlo del Mallorca. Mateu Alemany estaba a punto de venderle sus acciones cuando unas declaraciones del empresario tinerfeño en las que aseguraba que iba a fichar a Figo, le echaron para atrás pese a los buenos informes de Florentino Pérez que, por cierto, nunca llegó a contratar al ejecutivo mallorquín pese a los rumores de la época. El club del califato acaba de poner de patitas en la calle a José Luis Oltra, a quien mantuvo en el banquillo después de disputar el año pasado el play off de ascenso, pese a haber empeorado claramente una plantilla de la que se cayeron Xisco Jiménez, Florín Andone, Fidel, Raúl de Tomás, Víctor Pérez y Stankevicius, medio bloque titular. Aún así la escuadra verdiblanca se maneja con diecinueve puntos entre los doce equipos que pugnan a trancas y barrancas en las posiciones intermedias de la clasificación. Igual que en Palma, sus jugadores la arroparon en su rueda de prensa de despedida, una representación ya conocida.
Como el Mallorca que, con un vestuario mucho mejor que el de la campaña precedente, suma exactamente los mismos puntos, con el mismo número de victorias, empates y derrotas, aunque Fernando Vázquez mantiene su puesto. A Son Bibiloni han llegado Raillo, Ansotegui, Juan Domínguez, Juan Rodríguez, Culio cuya calidad está por encima de la de Aveldaño, Coro, Pereira, Sissoko y Colunga para no presentar unos resultados proporcionales a ese salto cualitativo, al menos hasta la fecha.
El fútbol es así, ¡toma tópico!, unos con nada lo hacen todo, otros con todo no hacen nada y cada cual toma o le hacen seguir un camino distinto.
