La cacería está escrita. El PSIB ha emprendido la senda de la sobreactuación forzada tanto a la hora de hacerse la víctima, como a la hora de disparar contra el ejecutivo de Prohens. Se llevan las manos a la cabeza cuando les recuerdan que son reos de los delirios de Carles Puigdemont y el terrorista convicto Arnaldo Otegui, líder de Bildu; pero disparan balas de fogueo vacías de realidad y sentido contra Marta Vidal.
La consellera tiene dos buenas razones para despertar la ira de los socialistas. Primero, porque es la abogada que no duda a la hora de sentarles en el banquillo y ponerlos en el punto de mira por cada escándalo que desempolve del anterior govern socialista (véase Metrovacesa). Segundo, porque es una profesional liberal que no ha vivido del erario público como aquellos que ahora le apuntan con el dedo. Lo que no entienden todavía sus señorías es que, el precio de sufrir el acoso y derribo mediático y político que supone ser conseller, no se corresponde con la pérdida de dinero que implica dejar una trayectoria profesional exitosa. Por mucho que les cuenten el mismo mantra populista: no, la política no está bien pagada (salvo que seas funcionario).
En menos de 100 días, Vidal ha culminado un Decreto de medidas urgentes en materia de vivienda y se prepara para anunciar una modificación de la Ley de Urbanismo de Baleares que los profesionales del sector esperamos como agua de mayo. No me cabe la menor duda que la consellera también tendrá un papel vital en la redacción de la futura Ley de Costas de Baleares (a pesar de no ser su área en el Govern).
Sin complejos y con un ímpetu que la burocracia administrativa atenuará, Vidal es el objetivo a batir para la izquierda balear. Es un movimiento inteligente, dado que tumbar a una consellera debilitaría la credibilidad que ha forjado Prohens en estos primeros meses de importantes modificaciones legislativas de mucho calado político. Las cartas están sobre la mesa y la estrategia de Negueruela es clara: embarrar, sobreactuar y tratar de conseguir en el Parlament lo que las urnas le negaron. Está haciendo méritos para llamar la atención de algún socialista madrileño que también se lo lleve a algún cargo ejecutivo en un hipotético gobierno de Pedro Sánchez y así alejarse de la onda expansiva de un eventual escándalo judicial que se lleve por delante a sus compañeros de bancada. No sólo aguantará, sino que Vidal volverá a embestir.
