Dios no bendijo a los dos con el don de la elocuencia, pero siempre hay uno que destaca por encima del otro, y sin pasión y visto lo visto lo de este domingo en la tele pública balear, José Ramón Bauzá ganó a los puntos el cara a cara, que no debate, mantenido con su gran oponente Francesc Antich. Y triunfó Bauza por muy variados motivos, más allá de los políticos y sociales, que son los que realmente interesan pero que no acaban siendo determinantes en un pulso televisivo de estas características, y en concreto por su soltura ante las cámaras a pesar de ser primerizo en esta materia. También demostró más seguridad que su contario, como si la experiencia en estas lides le correspondieran más a él, todo un novato, que a su opositor, con más veteranía en este tipo de punch electoral, por otro lado descafeinado por la escasa intervención de la moderadora del canal autonómico. Por último, el líder de los populares no entró al trapo en según qué ataques o insinuaciones del líder de los socialistas, y encima Bauzá ni se trabó en momento alguno ni mucho menos tartamudeó como hizo Antich de vez en cuando y con un timbre de voz gangoso nada agradable. Ninguno de los dos ha acudido a cursillos de interpretación o dicción, como si hizo hace años el periodista más influyente de este país, pero falta le haría como mínimo a Francesc Antich, mientras que José Ramón Bauzá tiene más piquito pero le falta el empuje que le sobra a Carlos Delgado. Ya es rizar el rizo que desde los medios se le ataque a Bauza por el mero hecho de haberse expresado en castellano en una buena parte de su intervención, que no debate, insistimos, como si hablar en las dos lenguas fuera un despropósito, cuando si lo es hacerlo en una sola para un electorado básicamente castellanoparlante como es el socialista.
