La situación de las autonomías españolas es dramática. Ayer, Oriol Pujol, el hijo de Jordi Pujol, ahora portavoz de CiU, dijo que tenía dudas de que se pudieran pagar las nóminas de los funcionarios de la Generalitat. Después la institución intentó reducir la dimensión del problema, pero aún así, se habla de que Cataluña necesita urgentemente 11 mil millones de euros para poder continuar funcionando, lo cual nadie en el mercado quiere prestarle. En Baleares, por su parte, el conseller Manera también nos dice que las cosas van bien. Uno debería creerle, si no fuera que llevamos ya demasiadas ocasiones en que los mensajes del Gobierno terminan por ser falsos. Manera nos dijo que no está mal conseguir financiación al 4.75 por ciento. Se refiere a los bonos que ha colocado en el mercado a este tipo de interés. Lo que no nos dice Manera es que las entidades financieras que están en medio se han llevado también una comisión sustanciosa que en algunos medios se cifró en el 3 por ciento. Entonces, la pregunta es si la situación de Baleares es tan mala como para pedir dinero al 7.75 de interés, que es prácticamente el tipo de Grecia. España está ahora consiguiendo dinero al 5 por ciento, pero las autonomías parece que no logran recursos ni siquiera a ese porcentaje.
