La dirección del Hospital Universitario Son Espases ha decidido morir matando y poniéndose al mundo por montera ha comunicado que el día uno de junio cierra nada menos que 15 camas de la Unidad de Observación, sin esperar a que llegue una nueva gerencia y lo decida. Mejor así, dejarle una herencia de descontento, malestar, caos y colapso entre el personal del hospital de referencia a los nuevos gestores que abstenerse de actuar en temas que en estos momentos ya están prácticamente fuera de su competencia. Deben ser los próximos responsables de Son Espases los que adopten este tipo de decisiones, los que ordenen el cierre de camas, si así lo consideran necesario, o de ampliarlas; pero no quienes están a punto de salir por la puerta y que, por lo que tengo entendido, están contratando ahora a un personal al que el pasado año no incorporaron hasta julio. Éste es el momento de iniciar el traspaso y de no tomar decisiones que puedan comprometer la gestión de sus sustitutos, de no dejarles con las manos atadas ni con los profesionales en pie de guerra. ¿Es mucho pedir?
