Los periodistas Juan Mestre (UH) y Gabriel Torrens (Cope) consiguieron reunir a un buen número de personas en la presentación de ‘Presunta Legislatura’ el libro que más expectación ha creado en el ámbito de la política balear y que narra la corrupción que ha infestado la vida pública de las Islas los últimos años. “No es una crónica judicial”, sostiene Mestre, quien asegura haberse preocupado “por el lado humano de los implicados”. José Manuel Barquero, autor del prólogo, lo calificó como “un libro complicado y peligroso de escribir” en el que la clave de su éxito no puede ser otra que “el tono con el que está escrito” porque “no es neutral ni maniqueo”. Un libro para personas inquietas que, tal como prometieron los coautores, no es un refrito de lo que se ha publicado en prensa a lo largo de estos años. Al contrario, revela en sus páginas hechos tan ignorados como significativos tales como que Jaume Matas había empezado a sacar sus objetos personales del Consolat antes incluso de su reunión con Maria Antonia Munar que, como sí es sabido, acabó prefiriendo los cuidados que esperaba recibir de Xisco Antich y, sobre todo, de los superiores del hoy president. Otro episodio interesante relata las circunstancias de la dimisión de Munar por lo del sobre con 300.000 euros que le dio a Miquel Nadal a bordo del coche oficial, algo que el delfín de la princesa contó al juez sin venir a cuento al día siguiente de haber estado reunido con ella, entonces presidenta del Parlament, sin haberle dicho nada de lo que iba a hacer. También es llamativo el trato que la edición de ‘Presunta legislatura’ ha recibido por parte de la prensa. La acogida ha sido de correcta a buena a excepción de un diario que ha decidido no informar a sus lectores. Veremos si el prologuista del libro, columnista a su vez de ese medio, logra colocar en algún artículo alguna alusión al libro. El caso es que la presentación fue un éxito de asistencia en el Palas Atenea, el mismo escenario que vivió la victoria parcial, o sea, la derrota absoluta de Matas el 27 de mayo de 2007, noche de las últimas autonómicas. La clase política y la casta periodística estuvieron bien representadas. Del PP, un ramillete de líderes entre ellos la candidata al Consell Maria Salom, la incombustible Catalina Cirer que sufría porque el Mallorca ya iba perdiendo dos a cero en el campo del Hércules –luego remontó hasta empatar a dos- o Joan Fageda que parecía dispuesto a secuestrar le edición cuando empezó a quedarse hasta media docena de ejemplares. Del PSOE el delegado del Gobierno Ramon Socías; del PSM el candidato Biel Barceló que se jactaba de decir que aunque ya le habían dicho que él salía sin duda es un libro en el que lo mejor es no salir. Asistieron también algunos imputados, como Alemany, Martorell, Umbert, Fiol…, o habría que decir mejor imputados a fecha de hoy, porque no sería mal ejercicio revisar estas líneas dentro de algún tiempo para ver en qué habrán quedado algunas de estas y otras imputaciones todo sea que no hayan logrado traspasar el ámbito de titular explosivo en la prensa que usa la Fiscalía que, por cierto, no se dejó ver. Tampoco esto pareció ser una sorpresa a tenor de las palabras que traía preparadas el más radiofónico de los coautores al decir que “este es un libro que no gustará a muchos entre imputados, investigadores y condenadores de la corrupción”.





