Otro artículo aburrido sobre el catalán

Honestamente, creo que los artículos sobre política cada vez se leen menos. Empezando por los míos, por supuesto. En primer lugar, porque hay demasiados, un exceso de oferta, por decirlo de alguna manera. La saturación de contenidos políticos en los medios de comunicación es un hecho que aleja al lector, o al oyente. El ciudadano medio dispone de un espacio en su cabeza, y de un tiempo en su día a día, limitados. Por eso selecciona los temas a seguir en función, sobre todo, de dos parámetros: el interés personal y el morbo. El primero de ellos justifica, por ejemplo, que muchas personas indaguen en noticias sobre nuevas promociones de vivienda pública, o de precio limitado, o sobre ayudas al alquiler, etc.

El segundo parámetro es más claro, y universal. Un ministro colocando amantes en empresas públicas, y poniéndoles un piso para facilitar sus encuentros sexuales, es un contenido irresistible para millones de ciudadanos. O una señora, macarra y vulgar, que se dedica a rebuscar en la basura para ensuciar a jueces, fiscales y miembros de la UCO, compareciendo ante los medios como Melody, o sea, una diva valiente y poderosa. No se veía una rueda de prensa como la de esta semana desde el noviazgo de Isabel Pantoja con Julián Muñoz.

Cuando no se da una de estas dos condiciones, interés personal o morbo, el interés por el debate político desciende de manera significativa, porque la gente no se siente concernida por disputas partidistas que le resultan completamente ajenas. Pero los políticos no se resignan a pasar desapercibidos, y buscan el foco, a veces de una manera desesperada. Cuando se está gobernando, la propia gestión y la iniciativa legislativa brindan oportunidades para ocupar espacio en los medios, aunque en ocasiones se venda sólo humo. Pero en la oposición, las cosas se pueden complicar mucho para adquirir algo de protagonismo. Esto lleva a reacciones desproporcionadas para tratar de captar algo de atención. Por ejemplo, en Baleares, donde esta semana han sonado la trompetas del Apocalipsis por el acuerdo de presupuestos entre PP y Vox.

Leyendo algunas declaraciones, uno barrunta ya un archipiélago en blanco y negro, y el falangismo desfilando por las calles pasado mañana. Viviremos en un territorio donde la policía tocará a la puerta si algún vecino denuncia a otro por hablar en catalán a sus hijos, y el castellano se expandirá sin remedio en los colegios como una gigantesca mancha de chapapote. Y luego está lo del racismo. El barco de rejilla, inicialmente pensado para la expulsión de putos forasters, reconvertido ahora en instrumento para aligerar nuestra sociedad de subsaharianos. En el comunicado de la Assemblea de Docents, se han quedado a un paso de este nivel de hipérbole.

El problema lo tenemos los que leemos a diario la prensa. Kike Oñate es un periodista de Ultima Hora, poco dudoso de flirtear con la extrema derecha. Estoy seguro que nunca le han llamado en Twitter fascista, ni le han acusado de alentar un genocidio contra el catalán. Pues bien, el hombre no tuvo mejor ocurrencia que, antes de informar a sus lectores, leerse el acuerdo de presupuestos, analizarlo, y titular así la noticia: Pacto PP-Vox: la mayoría de cambios educativos ya se aplican o tendrán un efecto limitado. Hasta hoy escuchábamos eso de que “la realidad no te estropee un buen titular”. Ahora que las encuestas le dibujan al PSIB un negro panorama de futuro, los socialistas le han dado la vuelta a esa estrategia, y creen que un titular veraz no te debería estropear la oportunidad de montar un pollo en las calles, a ver si pescas algún voto.

Martí March fue conseller de Educación durante ocho años con Francina Armengol como presidenta de Baleares. Como a Kike Oñate, tampoco parece que le paren sus vecinos por las calles de Pollensa para acusarle de exterminar el catalán. En la pasada legislatura, no tuvo inconveniente en reconocer el castellano como lengua vehicular en la educación y pactar ese punto con el PP, entre otras motivos porque lo recoge una sentencia del Tribunal Constitucional. El día de la votación en el Pleno se echó atrás ante la amenaza de Mes de romper el pacto de gobierno, cuando se había aprobado la enmienda en comisión. A pesar de aquella “cesión al españolismo mesetario”, no hubo rastro de camisetas verdes en frente de su conselleria.

Yo creo que este artículo no lo va a leer ni dios, porque hasta a mi me aburre escribirlo. Todo lo que rodea al debate sobre la lengua en la enseñanza es tan aparatoso, se hacen unos juicios tan desmesurados, que da mucha pereza entrar en el asunto, salvo que vistas la camiseta verde  hasta para dormir. Definir estos acuerdos como un “TIL sin inglés” es trumpismo puro y duro: si la literalidad del pacto no dice lo que a ti te interesa para movilizar al electorado, te lo inventas, y punto.

Mientras tanto, en Cataluña, el faro de nuestra izquierda en materia lingüística, crece el número de jóvenes entre 14 y 24 años que considera tanto el catalán como el castellano su “lengua de identidad”. Es un 32%, un porcentaje superior a ningún otro rango de edad. Lo más curioso es que, si profundizas en la encuesta según el estrato socio-cultural, te das cuenta que la principal causa no es la inmigración. A mí, con una hija de 25 años educada en Mallorca, que habla perfectamente castellano, catalán e inglés, este asunto no me despierta ni interés personal ni morbo. Pero vamos, que si la izquierda cree que esta es la mejor estrategia para fomentar el uso social de la lengua propia, adelante con los faroles.

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2 respuestas

  1. Me niego a la desaparición de la palabra Mallorquín en referencia a la lengua de nuestros antepasados. Nunca escuché preguntar ¿hablas CATALÁN o castellano? Las antiguas “rondaies” nunca me las contaron en catalán sino en mallorquín. Cierto es que no nos enseñaron a escribir nuestra lengua, pero crecimos hablándola y a no ser a base de hablarla con lentitud y esfuerzo los catalanes eran y son incapaces de entender. Siento orgullo cuando aún puedo escuchar a padres e hijos hablando en mallorquín, relegando el catalán a una asignatura obligatoria para poder pasar curso.

  2. si ja cansa tan parlar de catalá gracias por su .»artículo aburrido sobre el catalán». qué viene el lobo con p.p. y vox. en fin, creo que hay que tener criterio, con los partidos. partiditos ,y políticos .

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