El Govern acordó ayer quitarles ayudas a las patronales y sindicatos, por lo que se ahorrará otro millón y medio de euros. En concreto, la gran patronal, la que representa a los empresarios de Baleares, dejará de recibir 500 mil euros anuales. El resto corresponde a la toda la ristra de sindicatos y pequeñas organizaciones empresariales que también viven del cuento. La decisión era éticamente urgente, porque no es de recibo que de los impuestos de todos los trabajadores se pague al movimiento asociativo de las grandes empresas. Tampoco a los sindicatos, pero mucho menos a los empresarios. Sin embargo, el Gobierno nos dice que deja de pagar para ahorrar, no porque sea una vergüenza. Ahora, pues, esperemos que los empresarios dejen de aplaudir, tras casi dos décadas haciéndolo continuadamente, sin llegar a percibir si cambiaba o no el gobierno.
