Este domingo concluye la última edición del Palma International Boat Show, que abrió sus puertas el pasado jueves en el Moll Vell de la capital. La mayor cita para el negocio que supone el ocio marítimo y toda industria que gira a su alrededor se consolida, con esta nueva edición, como una de las ferias imprescindibles en el inicio de la temporada náutica.
Organizada por el Instituto de Innovación Empresarial de las Islas Baleares (IDI) y la asociación Balearic Yacht Brokers Association, el PIBS ha alcanzado este año importantes cifras de participación, con 271 empresas y 600 embarcaciones expuestas en los más de 81.000 metros cuadrados que conforman el recinto ferial.
Los veleros son, un año más, los grandes protagonistas de la cita, sobre todo los de gran eslora. Pero la feria permite contemplar desde pequeñas embarcaciones hasta productos de la industria náutica auxiliar, pasando por los servicios de reparación o las novedades como los barcos eléctricos, más sostenibles. Precisamente, la sostenibilidad se ha convertido en uno de los ejes de la nueva edición de la feria. Y es que muchas novedades han girado en torno a la idea de proteger el medioambiente, un concepto asumido cada vez por más empresas del sector que utilizan la energía del sol para reducir el consumo de combustibles fósiles y ayudar a la preservación del medio marino.
La consolidación de la feria en el calendario internacional de este tipo de citas ya es innegable, como lo demuestran las cifras: más del 80 por ciento de los expositores repiten y más de 30.000 personas visitan el recinto ferial del Moll Vell durante los días de apertura al público.
Con acontecimientos como el Palma International Boat Show, la capital balear -y toda la comunidad- se erigen como referencia internacional del ocio y el negocio que generan las actividades náuticas; una cita que el archipiélago debe seguir fomentando para consolidarse cada vez más como escaparate marítimo de una industria creciente.
