Palma tiene que abrir los días festivos

Palma es una ciudad turística, pero es una ciudad muerta durante los días festivos, tal y como ha quedado demostrado este pasado miércoles, una jornada en la que cientos de turistas recorrían las calles de Ciutat, mientras los establecimientos permanecían cerrados a cal y canto. La Plaza Mayor y aledaños eran un hervidero de gente, las terrazas, en muchos casos, casi llenas y las pocas tiendas que abrieron estaban a rebosar, incluidas las heladerías, en algunas de las cuales se registraron hasta colas. Pero el grueso del comercio permanecía con el cierre echado, algo impensable en una ciudad que tiene en el turismo su principal fuente de ingresos y que choca con la cerrazón de quienes quieren a toda costa imponer su criterio de cerrar los festivos y dejar que Palma siga siendo esa ciudad sin vida que todos conocemos y que no queremos, salvo los de siempre, que ni en tiempos de crisis quieren ver que las reglas de juego tienen que cambiar. Que se den una vuelta por otras capitales turísticas de España, que vean con sus propios ojos la pujanza y la vida del pequeño comercio, pese a las grandes superficies comerciales, que vean como han dinamizado los centros de la ciudad, que asuman, en definitiva, que sólo ellos están cavando su propia tumba.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias