El botellón sigue porqué a todos conviene. Debe ser así, ya no hay dudas. Perpleja ante la noticia de la multa que les impuso la policia de Málaga a unos chicos que jugaban al parchís en una plaza, de madrugada. A los vecinos les molestaba el ruido del dado en el cubilete. Veloces, los agentes acudieron y con multas de 101€ por persona solucionaron el tema.
Ante esta situación, como poco sorprendente, sólo me queda reafirmarme en mi idea de que el ruidoso, peligroso, ilegal y sucio botellón interesa a alguien o a muchos. Tal vez pasen años para que nos enteremos, o tal vez a los agentes de la ley les da miedo dispersar grupos de muchachos borrachos. Aunque lo dudo.
Podría ser que la mayoría de los padres de los menores presentes y alcoholizados en parques públicos anden muy ocupados en otros frentes, como para poner su granito de arena en esta lucha que nos afecta a todos.
Los políticos parece que legislan y controlan muy sutilmente esta cuestión. O sea, no hacen nada.
Los vecinos que padecen este castigo nocturno y el estercolero matutino se desgañitan en el desierto. Desesperados ante unos agentes politicos y del orden sordos como tapias.
Todo indica que no conviene a nadie, para nada y además perjudica. ¿Entonces?
