Arca, la entidad que defiende el Patrimonio cultural, històrico y paisajístico de Mallorca, se muestra horrorizada por la proliferación de pintadas vandálicas en la capital, desde el casco antiguo hasta el Eixample y extrarradio. No hay respeto por los elementos históricos ni por el mobiliario urbano, desde fachadas y puertas de madera hasta las farolas o papeleras: las firmas y dibujos lo ensucian todo.
Por ello, la entidad critica con dureza la inacción de las instituciones a la hora de borrar las pintadas. "Una pared llena de garabatos invita a más garabatos", explicaba hace meses la portavoz Àngels Fermoselle a este digital en un reportaje similar.
Nada ha cambiado desde entonces, a excepción de iniciativas privadas, como la cuenta de Instagram "No pintades", de la entidad y que de momento lleva 33 casos concretos publicados. Enormes graffitis a pie de calle, como los de Costa des teatre o el Carrer del Forn del Racó, o firmas más pequeñas -pero no más dañinas- como las del Pont des Tren o Costa de can Muntaner. Hay mil ejemplos, por lo que la cuenta se podría actualizar cada segundo.
"Estas pintadas transforman los rincones con encanto en espacios hostiles y crean mal ambiente", afirman. "Ésto es gamberrismo y agresión".
Asimismo, lamentan los casos en los que sí se ha intervenido, limpiando y restaurando la superficie original y los incívicos han vuelto a actuar. "Si no se borran de forma sistemática en todas partes, no se disuadirá de continuar agrediendo la convivencia", advierten.
Por su parte, desde el Grupo de Investigación y Seguimiento de Denuncias (GISD) de la Policía Local de Palma, competente en la persecución de estos y otros actos vandálicos, aseguran que la labor es constante y en un año han llegado a instruir diligencias penales de hasta 50 casos. Está por ver si con la nueva legislatura se da un impulso a esta unidad o se fomentan nuevas medidas para no permitir que la belleza única de la capital acabe ahogada por los sprays.