Vicente Moreno había declarado en la víspera que el Atlético Saguntino debía pagar los platos rotos del ko mallorquinista en la Copa del Rey y lo hizo no sin antes correr el peligro de estropear el conjunto de la vajilla y tener que redoblar la reivindicación. Unos meses antes, Maheta Molango había advertido que su objetivo en Segunda B era sencillamente competir y eso si se cumplió ante el.......Atlético Saguntino. Sin duda una aspiración que colma las ilusiones de la poca afición que resta.
Y no es que los locales no lo tuvieran todo a favor, incluso el cese temporal de las inclemencias meteorológicas justo a la hora del partido, pues a los cuatro minutos, mientras el modesto visitante aún admiraba la arquitectura de Son Moix y sus gradas medio vacías, Abdón Prats abría el marcador y la presumible muralla visitante de acuerdo con su tradición histórica. Vana sensación. El mejor juego y dominio local, presentado benévolamente como mérito en vez de ineludible obligación, dejaron paso a la zozobra y la incertidumbre solamente vencidas por pura necesidad cuando el ridículo se situaba a solo nueve minutos de la meta. Si, bien está lo que bien acaba.
La pregunta es: ¿habría sumado este equipo diez puntos de haber sido otros los rivales iniciales del calendario?. Busquen la respuesta próximamente en los peores campos o estadios. Ascender, ni se sabe; pero competir, compiten.
