Si queridos lectores, vamos a ser puñeteramente sinceros, a ustedes le dan una tarjeta black, de límite ni se sabe, en estos años de penuria, y la utiliza hasta para pagar el roscón de Navidad.
Pero claro ustedes ni yo somos Consejeros de una Caja de Ahorros, ni al igual pertenecemos a un partido político o sindicato, que nos ha llevado a tal insigne puesto. AL margen de que ustedes y yo, no tenemos tanta suerte con el fisco, si se les olvida pagar a tiempo un impuesto, recargo y sanción al momento, se les olvida de declarar la renta del piso que les dejo sus padres y Dios les pille confesados, y si llegan 5 minutos tarde a retirar su coche de una zona azul, el implacable agente de la Hora, aplicará con todo su rigor la sanción correspondiente.
Pero si ustedes hubieran tenido una tarjeta de estas “black” no les hubiera pasado nada, ni los controles de Hacienda, ni las auditorías de los mejores despachos le descubrirían, estaban “bendecidas”.
Que hemos hecho en este país para merecernos esto, si Berlanga levantará la cabeza, tendría un argumento coj….. para alguna deliciosa tragicomedia. Imagínense la escena, directivos y Presidentes como Blesa, Rato, Ildefonso Sanchez, y un largo etc, de copas, cenas, viajes, suntuosos hoteles, y por la mañana, Caja Madrid enviando notificaciones de desahucio a alguien que había perdido su trabajo, o convenciendo a ancianitos/as para que les comprasen preferentes.
Es repugnante, nauseabundo, la falta de ética de esta calaña, y nadie se dio cuenta durante tantos años, o ¿hay muchos con tortícolis de mirar hacia otra parte?
Espero que haberme metido con estos sujetos no me suponga, lo de algún juez que ha acabado inhabilitado, porque lo único que he hecho, ha sido meter las manos en el fango financiero y me he llenado de mi……
¿Alguien me presta jabón y un clinex?.
