Un año más, las quejas vecinales vuelven a cobrar protagonismo en la Playa de Palma. El motivo no es nuevo: los delincuentes campan a sus anchas en este lugar estratégico para el turismo palmesano. Los vecinos creen que las autoridades no les tienen en cuenta y les ignoran, tanto en refuerzos policiales como en los planes piloto de patrullas conjuntas con fuerzas policiales de otros países, como se ha podido comprobar días atrás.
El Partido Popular de Palma ha decidido ponerse manos a la obra y ejercer su labor de oposición sin esperar los tradicionales 100 días de cortesía que se acostumbra conceder al nuevo equipo de gobierno para que se haga cargo de la situación. Así, han solicitado un pleno extraordinario para que el alcalde José Hila rinda cuentas de los motivos por los cuales no se aplica la ordenanza cívica en la Playa de Palma y también por qué no se dota de más plantilla policial, especialmente en horario nocturno, a la comisaría de la Policía Local de Playa de Palma. Hay que tener en cuenta que los efectivos son claramente insuficientes y están desbordados, como ha reconocido la propia regidora de Seguridad Ciudadana, Angélica Pastor.
Lo cierto es que hasta el momento la gestión municipal en Palma está plagada de gestos de cara a la galería, pero de dudosa eficacia para los ciudadanos. Es cierto que todo cambio en la gestión requiere tiempo para poder percibir los resultados, pero no es menos cierto que el alcalde Hila y el teniente de alcalde, Antoni Noguera, se esfuerzan en reunirse con todos los colectivos que lo solicitan (básicamente los afines) y girar visita a muchas barriadas, sin ofrecer mucho más que buenas palabras y declaraciones comprometidas que para ser creíbles, han de verse traducidas en hechos. Hechos que hoy por hoy, los ciudadanos no ven en Playa de Palma, donde ayer mismo una banda de trileros agredió a varios turistas franceses. Esto ocurrió solo unas semanas después de una reyerta grave en la calle del jamón entre vendedores ambulantes y turistas alemanes. La inacción municipal debe tocar a su fin.