Repsol anunció el viernes que abandona la búsqueda de hidrocarburos en las aguas próximas a Canarias porque la cantidad y calidad del material encontrado no resulta rentable para su explotación comercial. ¿Se ha producido alguna catástrofe medioambiental?
Por interés propio, y algo de deformación profesional, lo reconozco, he ido recopilando este último año las declaraciones de expertos, científicos y algún que otro “opinador”, porque creo que en toda esta historia falta mucha información, y sobra eslogan, manipulación y oportunismo político.
Empecemos: El año pasado Julio Barea, geólogo y portavoz sobre energía en la organización ecologista Greenpeace aseguró: "No hay seguridad 100% que no pueda ocurrir un desastre. El riesgo es inasumible". En cambio José Ramón Bergueiro, profesor del departamento de Química e investigador de la Universidad de Islas Baleares (UIB) contrapuso: “El riesgo cero no existe, pero se puede minimizar. Esto es lo que se tiene que exigir a los gestores políticos que autoricen las explotaciones a las compañías: que minimicen el riesgo. Existe un revuelo social manipulado por completo”.
La exploración que se plantea consiste en la búsqueda de recursos energéticos y para ello se emplea fundamentalmente la geofísica. ”La tecnología permite estudiar la morfología del fondo marino. A tenor de los estudios científicos con especies en cautividad, estas técnicas son inocuas para el ecosistema marino, siempre que se empleen, como así se hace, los rangos de frecuencia de emisión propios de la prospección geoacústica con fines exploratorios", aseguraba Víctor Díaz del Río, investigador del Instituto Español de Oceanografía (IEO).
Como medida de precaución, se aplican rigurosos protocolos de actuación que obligan a interrumpir la prospección cuando se producen avistamientos de especies que podrían ser acústicamente sensibles. Según Michel André, director del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas de la Universidad Politécnica de Cataluña, no hay constancia de un varamiento masivo de cetáceos después de prospecciones de petróleo en ningún lugar del mundo. Existe una coincidencia de un caso en Madagascar (2008), pero no se demostró que fuera causa-efecto. Hay muchas prospecciones de petróleo en el mundo y un solo caso de coincidencia con varamientos". En cambio, los grupos ecologistas consideran que la fauna marina corre grave peligro.
La posibilidad de derrame se sitúa en el 0,003% según los escenarios más pesimistas barajados por los expertos. Aún así, vamos a ponernos en lo peor: Un vertido. José Ramón Bergueiro (UIB) ha declarado: "Nosotros investigamos distintos caudales de vertido bajo las condiciones meteorológicas más adversas”. Este trabajo es el que se utiliza para preveer los planes de contingencia que minimicen los efectos de un derrame de hidrocarburos. Sus estudios matemáticos se realizan con supuestos de fugas para diseñar barreras de contención que eviten la contaminación.
En cuanto a los beneficios económicos nos encontramos entre los grupos ecologistas que dicen que se lo llevan las empresas explotadoras, y expertos que calculan que por cada pozo que pueda abrirse supondría para el Estado unos mil millones de dólares al año.
Por su parte, Díaz del Río (IEO) cree que esta preocupación no parece lógica en la fase de exploración: "Es una etapa en la que se investiga el subsuelo para identificar la cantidad y ubicación de los recursos. Se puede dar la circunstancia de que ese gas o petróleo no tenga un volumen que lo haga interesante para su explotación, o que su composición no sea de la calidad conveniente. Entonces se abandona el campo. La conservación de la naturaleza no es incompatible con la explotación de los recursos naturales".
El tema del turismo es otro de los más debatidos. Baleares tiene como principal fuente de ingresos este sector. El científico del IEO lo tiene claro: "Los Emiratos Árabes tienen petróleo y turismo, y no pasa absolutamente nada. Lo que hay que hacer con el petróleo es saber dónde está en el golfo de Valencia, cuantificarlo y, llegado el momento, explotarlo". La realidad es que frente a las costas de Huelva, en el entorno de Doñana, se ha explorado con los mismos métodos que ahora se proponen. "La planta de producción y tratamiento de gas de Huelva continúa operando con beneficios sociales y económicos, y no plantea peligrosidad tangible", destacó el investigador.
Hoy acabo aquí. Ahora pregúntese si cuenta con toda la información al respecto, o si ésta se difunde por igual según sea favorable o contraria a las prospecciones. Recuerde el gravísimo problema energético que tiene nuestro país, que usted y yo sufrimos y pagamos todos los días. Y, finalmente, añada su reflexión la necesaria conservación medioambiental de unos territorios cuya principal fuente de ingresos es el turismo.





